«Muchas enfermeras sufren en silencio mientras enfrentan sentimientos abrumadores de agotamiento, irritabilidad, ansiedad y tristeza que están socavando diariamente nuestra salud mental», dijo Lauren Ghazal, una enfermera familiar certificada en Nueva York y becaria postdoctoral de investigación de la Universidad de Michigan en Ann Arbor.
«Ha sido desgarrador rechazar pacientes por la falta de turnos disponibles», dijo la entrevistada, argumentando que no hay suficientes enfermeras capacitadas para tratar a la cantidad de pacientes de todos los centros de atención médica del país y que actualmente cada consulta médica exige el accionar de un conjunto de trabajadores de la salud.
Además, explicó el artículo, a medida que la fuerza laboral estadounidense está experimentando una rápida transformación como parte de la «Gran Renuncia», más enfermeras se suman a opciones laborales como la enfermería itinerante: contratos de empleo a corto plazo en hospitales y regiones que los necesitan con urgencia y ofrecen más dinero que los centros locales.
En concreto, las enfermeras de EE. UU. sufren la desesperanza de no ver un final cercano de esta situación y saber que hay personas que no se enfrentan a la verdad de que la pandemia es una amenaza real, por lo que no usan máscaras ni se vacunan para protegerse a sí mismos y a quienes los rodean, concluyó Ghazal.