Perú, cuyo presidente izquierdista Pedro Castillo fue destituido el miércoles y quedó ayer en prisión preventiva por siete días, ha encadenado una crisis política tras otra desde la destitución de Alberto Fujimori en 2000. «El Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria, a cargo del juez Juan Carlos Checkley, dispone siete días de detención preliminar contra el expresidente Pedro Castillo», tuiteó ayer el Poder Judicial.
Los años de inestabilidad se arrastran sin tregua. El 21 de noviembre de 2000, tras un escándalo de corrupción, el Parlamento destituyó por «incapacidad moral permanente» a Fujimori, presidente desde 1990, quien había presentado la renuncia un día antes desde Japón, adonde había huido.
Detenido en 2007 en Chile y extraditado, fue condenado en 2009 a 25 años de prisión por corrupción y crímenes de lesa humanidad. Se encuentra purgando su condena en Lima En 2003, el presidente centrista Alejandro Toledo declaró el estado de emergencia ante una ola de descontento social. Parte de la oposición y la prensa exigieron su salida «por incompetencia». El Gobierno dimitió en bloque.
En 2008, el presidente socialdemócrata Alan García aceptó la renuncia del Gobierno tras el descubrimiento de un presunto caso de corrupción. Sospechoso de un supuesto caso de lavado de dinero relacionado con el escándalo de Odebrecht, el expresidente García se suicidó en abril de 2019 cuando estaba por ser arrestado.
El 6 de junio de 2011, Ollanta Humala se convirtió en el primer presidente de izquierda en 36 años. Un año después, los miembros de su Gobierno, criticados por su gestión sobre los conflictos sociales (17 muertos), renunciaron.
Elegido en 2016, el presidente de centroderecha Pedro Pablo Kuczynski pasó a ser investigado por presunto lavado de dinero en el escándalo de corrupción en el gigante brasileño de la construcción Odebrecht con sobornos a políticos a cambio de contratos.
El 21 de marzo de 2018, PPK renunció en vísperas de una probable votación parlamentaria para acusarlo formalmente de cara a un juicio de destitución. Fue puesto en prisión preventiva y luego bajo arresto domiciliario.
En septiembre de 2019, el presidente Martín Vizcarra disolvió el Parlamento controlado por la oposición fujimorista y anunció elecciones legislativas anticipadas. El Congreso respondió al año siguiente con su suspensión por un año y con el voto para reemplazarlo por la vicepresidente. Pero líderes militares, policías y gobernadores regionales le dieron su apoyo. El vicepresidente renunció.
En enero de 2020, los fujimoristas perdieron las elecciones legislativas. En noviembre, el Parlamento destituyó a Vizcarra por «incapacidad moral» en medio de acusaciones de supuestos sobornos que recibió en 2014.
El titular del Legislativo Manuel Merino asumió la presidencia, pero renunció a los cinco días, presionado por movilizaciones en la calle y la clase política. Hubo dos muertos. El ingeniero Francisco Sagasti, presidente electo del Parlamento, asumió la presidencia interina hasta julio de 2021.
Pedro Castillo, candidato de una coalición de izquierda, ganó las presidenciales de 2021 que lo enfrentaron a Keiko Fujimori. Destituido el miércoles, sus 16 meses en el cargo estuvieron marcados por luchas internas en el Gobierno y ataques de la derecha radical. Lo sucede Dina Boluarte.