La selección nacional de surf, anfitriona del Surf City El Salvador ISA World Surfing Games, cuenta con una mezcla de experiencia y juventud tanto en el equipo masculino como en el femenino.
Samuel Arenívar estará en casa, ya que es originario de la playa El Tunco y espera imponer condiciones en la justa mundial, que repartirá siete boletos para chicas y cinco para chicos hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Samuel y Porfirio Miranda son los de experiencia del equipo nacional, pero la contraparte la hace Bryan Pérez, de 22 años. Todos cuentan con rodaje internacional y esperan ponerlo hoy de manifiesto, sobre todo porque son sus olas donde se va a pelear por un pase a los Olímpicos.
«Soy uno de los locales, uno de los líderes, se puede decir, de La Bocana y El Sunzal. Soy uno de los surfistas que mandamos en la ola. Cuando vienen los extranjeros cedemos un poco de prioridad para que los chicos se diviertan», dice Arenívar.
Sin embargo, esta competencia histórica no permitirá que se brinden mayores ventajas. Samuel tendrá la cortesía de ser un buen anfitrión, pero cuando entre al agua a competir la historia será otra.
«Como dice todo dilema: afuera somos amigos, pero en el agua somos enemigos. Nosotros les damos la oportunidad de que surfeen con nosotros, pero siempre que vean que nosotros somos los que mandamos, y esperamos que a la hora del “heat” nosotros lo dominemos», señaló el salvadoreño de 30 años.
El surf le ha cambiado la vida a muchas personas de toda la costa salvadoreña.
Samuel Arenívar es uno de ellos, porque además de que le apasiona el deporte, también ahora es un modo para generar ingresos para sus respectivas familias.
«Platicamos con los compañeros que el sueño de nosotros es seguir esta carrera hasta que nos dé la edad. Nosotros queremos andar corriendo las olas. Si yo te lo dijera, hasta que Dios me dé la vida. Hasta que ya no pueda.
Pienso llegar a los 50 años matando la ola como se debe, porque puedo verme viejo, puedo verme gordo, como me vea la gente, pero si en mi corazón hay una gran gana de estar surfeando, créanme que voy a dominar las olas hasta que Dios me lo permita», aseguró el surfista nacional.