¡En los 200 años de existencia de nuestro querido El Salvador nunca tuvimos una oportunidad como la que se nos presenta ahora para pensar en una vía hacia el desarrollo económico y social, nunca!!!
Entonces, ¿qué cambió? El liderazgo del presidente Nayib Bukele con una mentalidad prospectiva que permite pensar y sentir que sí podemos lograrlo.
Las riquezas materiales, la densidad poblacional y la extensión territorial no son factores determinantes en la consecución del grado de desarrollo de un país.
Algunos de los factores que les permitieron a ciertos países del continente asiático dar este paso han sido las características geográficas y estructurales favorables, un amplio potencial de convergencia, una gran población en edad de trabajar, la apertura de la economía; por supuesto, una exitosa movilización de factores de producción, esfuerzo en la acumulación de capital y trabajo, liberalización del ahorro y de la inversión y mejoras drásticas en la productividad; junto con un drástico cambio de mentalidad.
De estos factores para lograr el desarrollo que los países asiáticos en su conjunto utilizaron, todos sin
excepción, los tenemos como país. El 45.18 % de salvadoreños tiene un rango de edad de cero a 24 años. Y un 39.8 % más está en una edad productiva hasta los 54 años.
Parte del éxito estará en abrir nuestra economía hacia el mundo, principalmente hacia mercados asiáticos y europeos, ya que de forma natural los mercados del Norte y Centroamérica están ahí.
La liberalización y la desregulación son otros factores indispensables para un proceso sostenido de crecimiento y un camino hacia el desarrollo. Tenemos que fomentar el ahorro para contar con más recursos para la inversión, así como con un plan y un proceso que nos lleve hacia una mayor productividad.
Dentro de la fórmula son necesarios otros ingredientes, como un período de estabilidad política, lograr una administración estatal eficiente, un estricto control de la corrupción, una población participativa, así como un 100 % de acceso a la educación y de necesidades básicas cubiertas.
¿Cómo lograr en El Salvador elevar la calidad de vida de todos los habitantes? En primer lugar, será necesario elevar gradualmente el nivel de salarios. Esto se logra cuando la productividad es el eje central del proceso; es básico, aún más, elevar el presupuesto de salud y educación. Al mantener elevados los índices de ahorro e inversión junto con un equitativo consumo interno podemos lograr los índices de crecimiento.
En una primera fase es necesaria la apertura total de la economía, el incentivo para las industrias y los servicios para la exportación tomando en cuenta nuestras ventajas competitivas; la segunda fase, tiene que ser en torno a la producción con un mayor valor agregado; y la tercera, a la inversión en alta tecnología.
El proceso es lógico tomando en cuenta la realidad, los primeros cinco años hay que seguir invirtiendo en procesos intensivos en mano de obra, ya que es importante crecer en cantidad, luego será necesario elevar el índice de productividad. Esto nos llevará otro quinquenio y los subsiguientes nos tendremos que centrar en aumentar el valor agregado. Un rubro que acelera este proceso es un proyecto ambicioso en la industria turística.
Todo esto suena lógico y fácil de llevar a cabo, pero requerirá que las nuevas generaciones tengan altos índices de conciencia, responsabilidad, solidaridad, moral y ética.
El cambio de chip en la mente colectiva del salvadoreño, del centroamericano, se puede lograr si comenzamos ahora desde nuestra casa, desde nuestro lugar de trabajo o estudio, desde el barrio y la colonia.
La propuesta es un plan de desarrollo hecho en El Salvador, con nuestra propia idiosincrasia a nuestro propio ritmo. No podemos aceptar un enlatado que nos impongan desde afuera, tenemos que construir nuestro camino. Haremos lo que ellos hacen, no lo que ellos dicen.
Otras características que tenemos que construir en nuestra realidad son un mercado bursátil dinámico y una alta bancarización, ciudades limpias mediante equipos de recolección modernos, al igual que el manejo de los desechos sólidos; asimismo, una campaña agresiva para no botar basura, amplios mercados y centros comerciales populares que integre a todo el sector informal; en fin, una alta inversión en infraestructura pública.
Lo que a continuación expondré podrá sonar subjetivo, pero primero nos pareceremos, luego seremos. Algo se está haciendo ya, primero invirtamos en infraestructura de primer mundo, tenemos los CUBO, por ejemplo, está bien, a eso me refiero con el cambio de mentalidad por una de primer mundo, principalmente en los jóvenes.
Hay que negociar la mayor cantidad de becas con Estados Unidos, Europa y Asia, intercambios de jóvenes entre 15 a 21 años con una cláusula de regresar y compartir con sus compañeros las experiencias adquiridas, lograr que en nuestro país haya la mayor cantidad de jóvenes multilingües. Todo esto se traduce en un efecto multiplicador de buenas costumbres y experiencias.
Invitar a profesionales retirados a dar capacitaciones, entrenamientos y consultorías a empresas salvadoreñas. Las costumbres, experiencias y vivencias de países desarrollados nos cambian el comportamiento.
Las leyes se harán cumplir al principio con coacción decidida y fuerte, así estas se hacen costumbres, cosas sencillas como no tirar basura en la vía pública, respetar las leyes de tránsito, no abusar en el uso de la bocina, respetar al peatón y al ciclista, no hacer actos indebidos en la vía pública, hablar en voz baja y no poner música estridente.
Esto se vive en países desarrollados con mayor naturalidad, llegar a eso es factible con presión y ejemplo.
Todo lo anterior es un proceso que llevará años construirlo, lo que se necesita es voluntad y determinación. De todos modos, el tiempo pasará, ¿por qué no aprovecharlo desde ahora que las condiciones están dadas para hacerlo realidad?
La propuesta es acostumbrarnos mentalmente y a la par ir dando pasos en concreto. El liderazgo lo tenemos, las condiciones están dadas, la capacidad y determinación de un pueblo como el nuestro convergen en lograr lo anterior. ¡El tiempo es ahora!!!