El plan de seguridad del presidente Nayib Bukele desde junio de 2019 permitió la reducción histórica de los homicidios a escala nacional, y como consecuencia, también disminuyó drásticamente los feminicidios como nunca antes.
Las estadísticas oficiales registran un total de 113 muertes violentas de mujeres en 2019, en 2020 se disminuyeron a 73, para 2021 se reportaron 68; mientras que para 2022 ocurrieron 63, pero la cifra más baja se reportó el año recién finalizado que terminó con 27.
La estrategia de seguridad de la administración actual marcó un antes y un después en tema de mujeres asesinadas en El Salvador debido a que durante los años 2016 y 2017 se registraron tasas de feminicidio de 16 y 12 por cada 100.000 habitantes, respectivamente, por encima de lo considerado a nivel internacional como una epidemia.
Los datos de la Fiscalía General de la República (FGR) dan cuenta de 1,209 mujeres asesinadas entre el 1 de enero de 2015 al 9 de noviembre de 2020.
Del total de feminicidios registrados en esos cinco años; 492 son atribuidos a las pandillas, 145 vinculadas a la violencia social/delincuencia, 124 relacionadas a violencia intrafamiliar, drogas y enfrentamiento con la autoridad, respectivamente, y sin definir 446 muertes.
Feminicidios quedan sin plazo para ser judicializados
De acuerdo con las estadísticas, 824 mujeres fueron acribilladas con arma de fuego, 197 con arma blanca, 67 con objetos contundentes (un bate, una superficie dura, un palo, una piedra, un martillo), mientras que otras armas 103 y 19 sin registrar.
En febrero del año pasado, los diputados de la Asamblea Legislativa aprobaron reformas al Código Procesal Penal y a la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV), para eliminar la prescripción de los delitos de feminicidio y feminicidio agravado.
Con las reformas aprobadas se dotó de una herramienta jurídica muy importante a instituciones como la Fiscalía y los Juzgados Especializados para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, pudiendo llevar hasta las últimas instancias a los agresores de mujeres que han llegado hasta el punto de asesinarlas.
Las modificaciones fortalecieron la protección de las mujeres salvadoreñas, que durante muchos años fueron víctimas de feminicidios que podían quedar en la impunidad.
Las reformas penales que incrementaron de 20 a 35 de cárcel para feminicidas en el país, han impactado en la reducción de este delito. Además, los actuales diputados de Nuevas Ideas avalaron procesos por este delito no prescriban.