Esta cita con René Valdivieso no era para relatar la experiencia de sus servicios y la calidad de su trabajo como profesional del estilismo, tampoco se trataba de conocer al personaje que cada noche se muestra en los «live» de Instagram para descontrolar a su audiencia. Durante el encuentro, transcendió su autenticidad, desde el lugar en donde cada día se dedica a realzar la belleza de la mujer salvadoreña y desde donde compartió algunos secretos.
«Pasen adelante, siéntanse cómodos que esta es también su casa, en donde convivo con mi familia», dijo para dar la bienvenida a su estudio, en donde trabaja con más de 20 colaboradores, quienes demuestran cada día sus habilidades artísticas y estéticas a sus clientes.
Vestido de blanco, luciendo parte de sus tatuajes y una figura lograda gracias a la dedicación en el gimnasio, René comenzó a compartir episodios de su vida y trayectoria.
¿Quién es René Valdivieso?
Bueno tengo dos personajes: el René real que es súper estricto, en donde soy una persona bastante metódica porque me gusta todo bajo una línea, y el personaje de René Valdivieso jocoso, que es un desorden total, una vida de desorden, de torbellinos, en donde las emociones sobrepasan absolutamente todo, antes que la razón. Son dos personajes no muy alejados de la realidad… siempre es un alter ego el que tengo por ahí que solo suelto en mis en vivos, pero de ahí vuelo a mi realidad.
¿Cómo vivió su infancia?
Fue una infancia bastante difícil, pero aun así tuve el amor más puro de mi bisabuela que fue el ángel que Dios me mandó a la vida, que es el que me da esa directriz de lo que debo y no debo de hacer en mi día a día.
¿Qué recuerdos tiene de su niñez?
Una de las cosas que yo siempre recuerdo es cuando mi bisabuela me llevaba a Aguilares, que es donde comprábamos las verduras de la tienda que teníamos, y, como yo era bien delgadito, cabía en una cesta. Entonces, en la mañanita que nos íbamos de Chalatenango para Aguilares, como hacía mucho frío, me metía en la cesta, me arropaba e iba como un taco. Eso es algo que siempre recuerdo porque, cada vez que siento frío en mi corazón, siempre hago eso: me cubro para sentir el calor de mi madre.
¿Qué más hay de René Valdivieso fuera del mundo de la belleza?
Quisiera poder decirles algo lindo que es lo que hay atrás de ese personaje, profesional, pero en realidad no, porque yo soy una persona bien fría. Me fascina mi soledad, pero no una soledad fea, sino una cuando estoy con mis perros, cuando veo Netflix, cuando como palomitas, cuando hago asado en mi casa. Yo creo que atrás de ese René que está rodeado de muchas amistades lindas, a las cuales aprecio mucho, también está ese René que quiere esa privacidad y eso es lo que hay después de ese personaje. Esa soledad no mala, es soledad bonita que me ayuda a encontrarme todos los días conmigo mismo…quisiera decirles que ando de fiesta, pero no, porque soy bien aburrido, soy súper aburrido y metódico.
¿Si no se hubiera dedicado al estilismo en qué otra profesión hubiera trabajado?
Hay bichas, realmente yo no sirvo para nada más. Pero si hay algo que me gusta es el diseño de interiores, me fascina. De hecho, en el salón o en mi casa, una de las cosas que más me apasiona cuando viene Navidad, por ejemplo, o el Día del Amor y la Amistad es decorar. Me fascina mucho el diseño de interiores y calcular espacios. Por eso creo que sería diseñador de interiores o diseñador de modas.
¿Se considera un influencer destacado?
Quiero corregir porque realmente no me considero un influencer, porque yo creo que un influencer es alguien que de una u otra manera vende esa imagen o vende ese estilo de vida para que otras personas puedan adoptar también. No soy digno de hacer eso, porque yo realmente siempre he dicho que soy una persona auténtica y yo creo que eso es lo que vendo, mi estilo de vida, mi estilo de vida real.
¿Qué labores altruistas ha realizado René Valdivieso?
No quisiera decir exactamente cosas que he hecho porque creo que esto se debe de mantener en un anonimato, lo que haga tu mano izquierda que no lo sepa tu mano derecha. Sin embargo, yo creo que debemos ayudar no solamente a una organización o a un grupo de personas, hay que ayudar a toda la gente que tenemos enfrente todos los días, no solamente con dinero o comida, a veces con una sonrisa. Pero la ayuda altruista más importante es la que podemos hacer para nosotros mismos cuando nos concedemos un perdón, cuando también tenemos la oportunidad de poder creer algo, de darnos ese amor propio, esa oportunidad de confiar, de amar, eso es lo más importante de ayudarnos a nosotros mismos y así poder seguir dando a toda la gente, es una cadenita realmente.
¿Cuáles son sus principales metas en la vida?
Respecto a mi proyecto más grande es dejarles algo a mi mamá y a mis hermanas el día en que yo no esté. Dejarles un legado a ellas para que puedan seguir viviendo de algo que yo pude haber construido. Siempre he dicho que a los 40 años voy a dejar de trabajar en esto totalmente, porque voy a dedicarme a lo que Dios me puso en el camino: ayudarle a muchos niños como yo, que no tuvieron la oportunidad, eso es lo más importante. De ahí vengo yo también, y si alguien hubiera creído en mí, creo que mi vida no hubiera sido tan dolorosa como lo fue, pero era lo que yo tenía que vivir para poder hacer esto ahora.
¿Cuál es esa clave para tener éxito en el mundo de la belleza?
No creo que solo sea en el mundo de la belleza, lo que les voy a decir ahorita es la clave de la vida: nunca vamos a ser una buena persona porque seríamos un Dios, pero sí podemos ser personas correctas y justas. Sí podemos ser personas correctas y justas con nuestros actos y esa es la clave del éxito.
¿Qué consejo le brindaría a las personas con deseos se superarse en la vida?
Hay una frase que siempre la he dicho y es la que me caracteriza: nunca dejar de luchar, esa es la palabra clave de mi vida. Por más que le digan que usted no puede o que usted no sirve o que no nació para eso, eso es mentira, usted vale mucho, usted es una persona grande, pero hay que luchar, hay que luchar por ese sueño para lograrlo. Es difícil, claro que es difícil, pero se puede.