Rafael tocaba tierra ayer en Cuba con la furia de un ciclón categoría 3, dos semanas después de que Oscar dejara ocho muertos en medio de un apagón generalizado en la isla.
Con vientos máximos sostenidos de 185 km por hora, «Rafael se convierte en un huracán de categoría tres», de las 5 en la escala Saffir Simpson, dijo ayer a la tarde en su cuenta de X el estadounidense Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
Por su parte, el Centro de Meteorología de Cuba dijo que Rafael podría registrar un «fortalecimiento adicional antes de llegar a tierra» entre las provincias de Artemisa y Pinar del Río, en el oeste del país.
El meteoro se encontraba en ese momento a 135 kilómetros al sur de La Habana, añadió el NHC, al advertir de marejadas ciclónicas potencialmente mortales, vientos huracanados dañinos e inundaciones repentinas en parte del oeste del país caribeño.
El NHC esperaba que el huracán atraviese la isla y salga al Golfo de México, donde deberá de empezar a perder fuerza. Miles de personas fueron evacuadas en pueblos costeros de Artemisa y Pinar del Río.
«No hay ni un alma» aquí, dijo a la AFP Marisol Valle, una mujer de 63 años, mientras trataba de llevarse algunos muebles antes de que el agua alcanzara su hogar cercano al mar, en Guanimar, un pueblo pesquero a unos 70 kilómetros de La Habana.
Cuba sufrió ayer, al apenas empezar a sentirse los vientos del huracán, informó la compañía eléctrica nacional, dos semanas después, que el país se quedara cuatro días sin luz.
«Fuertes vientos provocados por el huracán de gran intensidad Rafael provocaron la desconexión del sistema eléctrico nacional», indicó en la red X la estatal Unión Eléctrica. El anterior apagón ocurrió por fallas en sus plantas termoeléctricas y falta de combustible. Toda la isla se había quedado ayer, de nuevo, a oscuras a la espera del huracán.