Como el agua que siempre encuentra salida, así la poesía encontró la manera de compartirse en tiempos de pandemia.
Desde el primer trimestre de 2020, la mayoría de los países optó por una cuarentena total y obligatoria, lo que descartó de inmediato todos los festivales de poesía organizados para este año, hasta nuevo aviso.
Algunos, incluso, mantuvieron la esperanza hasta el último momento con boletos de avión listos.
Con el nuevo contexto para encerrarse por meses, los escritores y los organizadores de festivales en la región –y más allá– volvieron la mirada a las pantallas de sus computadoras, tabletas y móviles para abrir un inexplorado espacio y compartir sus versos.
La opción virtual empezó a tomar forma echando mano de las herramientas tecnológicas como Facebook Live y Zoom, esta última muy explotada y usada en la pandemia por lo fácil y accesible.
La virtualidad, desde entonces, ha sido intervenida por los escritores que han decidido quedarse con estas plataformas como parte de la nueva normalidad. Aunque todos coinciden en que no hay conexión como en los encuentros presenciales, pero agradecen a la tecnología por unir voces desde lugares que, por costo y tiempo, sería difícil hacerlo de manera física.
El XIII Encuentro Internacional de Poetas Migrantes fue uno de ellos, que ya lleva dos meses de continuidad gracias a la parte virtual. Así también nació Poendemia Literaria, en Colombia, y desde el 11 de noviembre inició el Festival Internacional de Poesía Amada Libertad, aquí en El Salvador.
FESTIVAL AMADA LIBERTAD CONVOCA A MÁS DE 100 POETAS
El séptimo Festival Internacional de Poesía Amada Libertad (Fipal) cuenta con más de 100 poetas de todas las latitudes. Se inauguró el 11 de noviembre y continuará hasta el próximo 22 de noviembre.
El encuentro en honor de la poeta Leyla Patricia Quintana Marxelly, fallecida en 1991 durante la guerra civil que vivió el país y cuyo seudónimo era Amada Libertad, será casi por completo de manera virtual.
Alberto López Serrano (organizador) dijo que se han programado solo dos actividades presenciales, el resto será completamente por Facebook Live.
Las dos únicas actividades presenciales serán: el 20 de noviembre, en Los Ilustres Café; la presentación del libro «Esclaramonde», de Fredy Mejía; y una lectura abierta en el centro de San Salvador, el 22 de noviembre.
POETAS MIGRANTES LLEVAN DOS MESES DE POESÍA
Por 13 años consecutivos, el Encuentro Internacional de Poetas Migrantes se celebró desde Sonora, México; pero esta vez con una duración de 60 días de poesía.
Manuel Cuen, escritor y organizador, explicó que ante la cuarentena tuvo que desistir de hacer la fiesta de versos de manera presencial y volcarse por completo a las redes. Decidió seguir el encuentro al solicitar un video a los poetas leyendo sus textos, con una duración que no superó los 5 minutos. Serán 120 poetas de más de 20 países los que participen.
«Lo que hicimos fue poner los videos en Facebook en septiembre y octubre. Así hemos tenido 60 días de poesía, colocando cuatro videos diarios. Esta es una ventaja porque los poetas pueden ser escuchados varias veces, algo que no siempre se logra con un encuentro presencial», dijo Cuen.
DESDE COLOMBIA: POENDEMIA LITERARIA
Dos escritores en Facatativá, Colombia, empezaron un proyecto en medio de la pandemia para continuar el intercambio de versos pese al encierro.
Así, del ingenio de Jorge Buitrago y Francy Liliana Díaz nació Poendemia Literaria. El proyecto está integrado por tres espacios: Palabras desde el Ático, que busca reunir voces de todas partes en un recital virtual con 10 escritores y una cuota musical cada sábado; el otro es cada lunes, desde Instagram, en el que invitan a un solo autor para conversar sobre su obra; y el tercero es cada viernes, donde invitan a artistas plásticos, pintores, escultores, bailarines y dramaturgos.
«La idea es mirar la poética de las artes», dijo Buitrago. Esta dinámica se mantiene desde mayo y cuenta con más de 200 poetas.
Entre los salvadoreños que ya participaron están Juana Ramos, Carlos Parada, Marielos Olivo, Alberto López y Josué Moz.