Este martes 31 de agosto se llevará a cabo el juicio contra el neurocirujano Hugo Enrique Castro Cordero, acusado de homicidio culposo en un caso de mala praxis médica, en perjuicio de Elva Castillo de Berríos, de 79 años, durante un procedimiento de columna para corregir un problema de la vértebra T6.
La vista pública será realizada por el juez Primero de Sentencia de San Miguel, Sídney Blanco, quien permitió que la defensa incorporara pruebas periciales fuera del plazo legal y con lo cual, fuentes que han seguido de cerca el caso advierten, que el juicio se estaría inclinando a favor del imputado.
La familia de la víctima ha seguido un calvario de batalla judicial luego que la señora Castillo de Berrios falleciera en octubre del 2017 producto de la mala praxis de Castro Cordero y ahora que Sídney Blanco admitió un nuevo peritaje, pone en duda las conclusiones de la autopsia y pericias que fueron practicadas de forma oportuna por peritos idóneos e imparciales, dando como resultado una maliciosa manipulación de toda la prueba pericial y documental agregada al proceso.
Según fuentes fiscales, el imputado es hijo de un reconocido médico y exforense de Medicina Legal quien trabaja en la facultad de medicina de una universidad del oriente del país y quien habría expresado que «va a mover cielo y tierra con sus influencias», por conseguir un veredicto absolutorio y que su hijo no sería responsable por su imprudencia, negligencia y falta de pericia.
Consta en el proceso judicial que la víctima padecía de dolor dorsal izquierdo a nivel de la vértebra T6, por lo cual acudieron a los servicios de Castro Cordero, neurocirujano y columnólogo.
Para hacer un diagnóstico certero, el profesional en medicina ordenó todos los exámenes y por medio de una resonancia magnética se determinó que la vértebra T6 era la que producía el dolor, por lo cual la trató inicialmente con medicamentos e inyecciones de infiltración, sin embargo, el dolor no cesó hasta que manifestó que él le podía practicar un proceso menos invasivo y que no necesitaría de ingreso hospitalario, ya que el mismo día le darían de alta pro tratarse de una vertebroplastia.
Este procedimiento consiste en que, por medio de una aguja y martillo, apoyado con rayos X se introduce el cemento en la fractura, cuyo procedimiento se llevó a cabo el 28 de septiembre del 2017 y que el médico por negligencia o por imprudencia utilizó demasiado cemento, o en la mezcla quedó muy diluido, por lo cual no solo penetró la vértebra fracturada, sino que también, atravesó el cabal medular desde la vértebra T1 a la vértebra T8.
Se explica que en el instante que el cemento se cristalizaba, la paciente perdía los movimientos de las extremidades inferiores, como también, la circulación de la sangre comenzó a fallarle y le provocó la retención de líquidos.
En las radiografías que le realizaron dos días después del procedimiento, se aprecia cómo se encontraba el cemento en la médula, por lo cual dijo que la podía operar a fin de verificar si se encontraba el cemento en la médula y de hacer una laminectomía, pero que no garantizaba nada.
Debido a que la familia de Elva Castillo de Berríos no tenía dinero para costear esa operación, le pidieron de favor que la trasladara al Hospital Nacional Rosales de esta capital, donde su estado de salud empeoró porque un colegio de médicos dijo que había un daño irreversible, aunado a que su edad no le permitiría soportar una operación de entre 6 y 8 horas, por lo que lo único que podían hacer era dejarla en cuidados intensivos.