En un procedimiento abreviado, el presentador de televisión, Roberto Acosta, admitió que ejerció violencia en contra de su expareja Raquel Vargas y fue condenado a un año reemplazado con trabajo de utilidad pública.
Además, deberá pagarle a la victima $3,000 por daños y perjuicios ocasionados, según resolvió el juzgado que hizo la vista pública del proceso que inició la Fiscalía General de la República, tras la denuncia interpuesta el 2 de mayo del año pasado.
La víctima de origen costarricense, quien también es conductora de un programa de televisión en El Salvador, publicó en redes sociales, el 25 de mayo de 2021, los maltratos a los que fue sometida.
La vista pública la desarrolló el Juzgado Especializado de Sentencia de San Salvador, por los delitos de expresiones de violencia contra la mujer y violencia intrafamiliar.
En la audiencia preliminar se dijo que los hechos comenzaron en el año 2018, en dicha diligencia el Juzgado Especializado de Instrucción de la Mujer con sede en la capital, admitió la prueba testimonial, pericial y documental que la Fiscalía y la querella [abogados de la víctima] presentaron para sostener la acusación.
La víctima goza de medidas de protección que el juzgado le otorgó y le prohíben a Roberto Acosta acercarse a ella.
«No es fácil hacer esto públicamente pero creo que es lo correcto, lo que viví yo no se lo deseo a nadie, siempre se publica lo bueno y pocas veces mostramos lo difícil que podemos vivir en muchos momentos de nuestra vida, espero que mi testimonio sirva para que estés alerta, no permitas que te ofendan mucho menos que te lastimen, nunca tienes que permitir que te falten el respeto , espero que las personas que estén viviendo esta situación puedan tomar la decisión de no continuar en un círculo de violencia. No reprimas lo que sientes, no te mantengas en silencio, no tienes porque normalizar la violencia, no lo justifiques, busca ayuda, busca apoyo y sobre todo busca a Dios», publicó la víctima el año pasado en redes sociales.
El año anterior, la presentadora de «Viva la mañana», se borró el tatuaje que compartían con su expareja y que contenía dos letras «R», y a través de redes sociales mostró un tatuaje de una mandala, con lo que dijo «no quedó ni rastro» del anterior tatuaje.