El presidente argentino, Alberto Fernández, inicia el martes una gira por Rusia y China, dos escenarios políticos críticos en estos días debido a la crisis en Ucrania y al «boicot diplomático» occidental a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, a cuya ceremonia inaugural asistirá.
Fernández se reunirá el 3 de febrero en Moscú con su par ruso, Vladimir Putin, y al día siguiente llegará a China, segundo socio comercial de Argentina detrás de Brasil. Está previsto un encuentro con el presidente, Xi Jinping.
A su regreso, el presidente hará una escala en Barbados, donde en su condición de presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos se reunirá con la primera ministra Mia Motley, para abordar cuestiones de colonización y cambio climático.
Alberto Fernández viaja a Moscú y Pekín después de acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un nuevo programa para refinanciar el préstamo de 44.000 millones de dólares tomado por el gobierno anterior, en 2018. El acuerdo llegó tras intensas negociaciones diplomáticas con Estados Unidos, uno de los cinco principales accionistas del organismo financiero.
Diplomacia de vacunas
China y Rusia proveyeron a Argentina sus primeros lotes de vacunas contra el covid-19 (Sinopharm, CanSino y Sputnik V) en 2021. En diciembre pasado, esas tres vacunas representaban casi la mitad de los 100 millones que consiguió el país sudamericano. Hasta la fecha, el 87,3% de los 45 millones de argentinos ya recibió al menos una dosis, el 77,1% dos y el 27,8% tres.
«Hoy vacunas tenemos de todo tipo, pero cuando no existían, las vacunas a Argentina llegaban de Rusia y de China. Estamos muy agradecidos», destacó Fernández.
En abril de 2021, Argentina se convirtió en el primer país en comenzar a producir la vacuna Sputnik V fuera de Rusia, en un laboratorio privado.
El analista Ariel Levaggi le dijo a la AFP que la relación bilateral «atraviesa uno de sus momentos más altos», por la compra argentina de la vacuna Sputnik V, pero Buenos Aires «está en deuda» por sus promesas de construir una central nuclear de tecnología rusa y otras obras de infraestructura, «dejadas de lado por cuestiones financieras o políticas», y eso estará en la agenda de las conversaciones con Putin.
Hace dos meses, en diálogo telefónico, Fernández y Putin acordaron «fortalecer la asociación estratégica y la cooperación en varias esferas», informó el gobierno.
Ambas petroleras estatales -YPF y Gazprom- firmaron en 2015 un acuerdo para operar en el yacimiento no convencional Vaca Muerta, en la Patagonia. En diciembre, Argentina adjudicó la licitación de 70 trenes eléctricos a la empresa rusa TMH, por 864,2 millones de dólares.
La Franja y la Ruta
Argentina y China cumplen en febrero 50 años de relaciones diplomáticas, profundizadas con un acuerdo de cooperación suscrito en 2004.
La visita, sin embargo, presenta un costado geopolítico sensible para Fernández, quien junto con Putin será uno de los gobernantes que desafíen el «boicot diplomático» a los venideros Juegos Olímpicos impuesto por Estados Unidos y otros países occidentales que denuncian violaciones a los derechos humanos contra la minoría uigur musulmana.
El intercambio comercial con China fue de 19.837 millones de dólares en 2021, con un déficit de 7.239 millones para Argentina, según el Instituto de Estadísticas.
Este viaje es «una gran oportunidad para hacer más sólidos los lazos y proyectos comerciales comunes», adelantó Fernández.
Desde 2009, Argentina y China renuevan consecutivamente un swap de divisas cuya última revisión llegó a 20.600 millones de dólares y que puede activarse si Buenos Aires necesita fortalecer aún más sus debilitadas reservas internacionales, parte del acuerdo con el FMI.
El analista privado Gustavo Girado explicó a la AFP que «hay tres campos de demanda insatisfecha en Argentina: infraestructura, tecnología y financiamiento, que China ofrece en exceso. Las dos economías son sumamente complementarias. Hay proyectos que están frenados por la situación macroeconómica argentina».
Argentina formalizará su incorporación a la «Nueva Ruta de la Seda» de China, un plan de inversiones globales de Pekín en infraestructura para favorecer el comercio de sus productos, desplegado en América Latina desde 2017, anunció el embajador en Pekín, Sabino Vaca Narvaja.
Xi Jinping, quien visitó Buenos Aires en 2014, expuso el año pasado su intención de lograr «una asociación más estrecha» con Argentina y se mostró «dispuesto» a financiar iniciativas, que incluyen a los campos de energía, transporte y minería.
Ambos países avanzarán en proyectos ya pactados como la construcción de una cuarta central de energía atómica en Argentina por 10.000 millones de dólares y la venta a China de dos reactores de radioisótopos medicinales por 800 millones de dólares.
Otros grandes emprendimientos en marcha son dos represas sobre el río Santa Cruz, en la Patagonia – sur argentino- , financiados por bancos chinos que reclaman nuevos pagos por demoras en la construcción.