Presidente de la república, Nayib Bukele, rindió informe del segundo año de gestión gubernamental, en que insistió en que «hoy, El Salvador sí vale la pena», luego de la lucha contra el aparato ideológico que se había posicionado en el país.
En su discurso frente al Ejecutivo, el presidente aseguró que, luego de que los salvadoreños decidieron darle otra oportunidad al país, por primera vez están tomando «las riendas de su propio destino», por lo tanto, los cambios estructurales se están observando poco a poco, en un país en el que nadie creía, dominado por políticos que robaron al pueblo durante años, detalló Bukele.
Sin embargo, añadió que cuando las transformaciones no son cosméticas, hay que cortar los problemas de raíz, refiriéndose al trabajo que están realizando los dos órganos estatales: Ejecutivo y Legislativo, para sacar adelante los problemas que atañen a El Salvador.

«Han pasado apenas 2 años, en un país que lleva 200 años viviendo igual. Y llevamos apenas 30 días, de haber tomado democráticamente el poder formal», señaló el mandatario.
Señaló que ahora el reto es mucho más grande en puesto que el país estuvo durante muchos años «atados a la injusticia, a la zozobra y al pesimismo», bajo un aparato ideológico de grupos de poder detrás de los gobiernos que hizo creer a los salvadoreños que hay dos tipos de seres humanos: el que vale algo y el que no. El que merece justicia y el que no.

«Ya no se pueden enriquecer a costa del pueblo salvadoreño. Sepan que a los salvadoreños no nos engañan. Nunca más vamos a regresar a ese sistema. Nunca más, mientras Dios me dé fuerzas no lo voy a permitir», aseguró el mandatario.
Por otra parte, destacó que El Salvador tiene una providencia que lo ampara, sin embargo, ahora el reto es más grande para los salvadoreños, porque la oligarquía todavía tiene mucho poder y controla el aparato ideológico del Estado.

«Este aparato siempre ha sido hipócrita, pero muy poderoso. Ahora, haciendo uso de él, nos quieren hacer creer que deberíamos regresar a como era antes», recalcó el mandatario en el cual se comprometió a evitar que aquellos que hicieron sufrir al pueblo vuelvan a saquear la patria de El Salvador.
Otro aspecto y no menos importante que el gobernante puntualizó fue, los bloqueos a nivel institucional que tuvo respecto al control de la pandemia, en el cual tuvo una época de conflictos entre los tres poderes del Estado, en la cual asegura que intentaron numerosas veces decidir las medidas sanitarias para combatir el virus.

«Muchas veces nos ha tocado, y nos tocará, tomar decisiones con las que no todos van a estar de acuerdo, pero ese es nuestro derecho, aunque algunos se incomoden», aseguró el jefe de Estado tras aclarar que, durante el pico más alto de la pandemia, el poder judicial de manera arbitraria, ilegal y rayando en lo absurdo, le dio poderes a la Asamblea Legislativa para poder actuar como órgano ejecutivo y que fueran quienes decidieran las medidas a tomar en la pandemia.
Con lo referido, muchas encuestadoras han posesionado a El Salvador como el país mejor evaluado en la gestión y control de la pandemia de la COVID 19, por lo cual Bukele a reiterado en repetidas ocasiones que continuarán con esta lucha para proteger la salud de los salvadoreños.

«Juramos, defender lo conquistado, luchar pacíficamente contra todo enemigo, contra todo obstáculo, contra toda barrera. Estamos haciendo los cambios que el pueblo salvadoreño nos pidió, pero si queremos dejar el legado que nuestro país necesita, es necesario que todos los defendamos», concluyó.
Posteriormente de dar el mensaje a la nación, el presidente, Nayib Bukele y la Primera Dama, Gabriela de Bukele, abandonan el recinto legislativo.