Nos encontramos a 24 horas para que finalice la administración del presidente Nayib Armando Bukele Ortez período del 1.º de junio de 2019 al 31 de mayo de 2024, y es oportuno, en estas semanas de balance, recordar cómo recibieron el país el presidente y su equipo del Gabinete de Seguridad: mi amado país era tan reciente como en el gobierno anterior el país más violento del mundo, tomando los indicadores más internacionales para medir la violencia, los delitos y los crímenes.
El hombre que ahora se esconde y huye de la justicia, asilado en Nicaragua, le dejó un legado nefasto en materia de seguridad pública y ciudadana: el país más homicida de los cinco continentes, superando en cifras a países en conflictos armados o en guerras abiertas. Era más alta la probabilidad de ser asesinado en El Salvador que en esos países donde se gastaban millones de dólares en guerras.
Se comenzó a trabajar previo a recibir el Gobierno, a planificar, a diseñar las líneas de trabajo para comenzar a transformar la seguridad a partir del primer día, no había tiempo que perder. El 20 de junio de 2019 se hizo oficial su estrategia denominada Plan Control Territorial; el nombre representa y significa mucho, llamarla así representaba la expresión y el clamor de una población que le pedía al candidato a la presidencia Bukele la liberación de la esclavitud de las pandillas criminales, y él lo prometió el 1.º de junio de 2019 en la Plaza Barrios.
La primera fase de la estrategia fue la preparación para ese control territorial, con estudio, planificación, revisión, informes, data, estadísticas, análisis delictivo criminal y la experiencia de nuestra Policía Nacional Civil, apoyada con el alto mando de la Fuerza Armada de El Salvador, que fue tomada en cuenta y aprovechados sus talentos y recursos. Fueron desplegados policías y personal de la Fuerza Armada en los centros históricos de las 10 ciudades analizadas y estudiadas, con órdenes del presidente de trabajar en equipo y con un solo objetivo: combatir al crimen organizado y a las pandillas criminales.
Luego vendría el refuerzo de la estrategia con la medida constitucional del régimen de excepción, que fue el complemento perfecto, el tiro de gracia a las estructuras de las pandillas a escala nacional. Se sumarían cinco fases más a la estrategia, en 60 meses, para lograr resultados impensables para nosotros como ciudadanos, recuperar los territorios en poder e influencia de las pandillas, instalar un verdadero proceso de pacificación del país y regresarle la esperanza a la población, en especial a la que estaba sometida a los absurdos de las pandillas.
Señor presidente Nayib Bukele, usted cierra y deja el mayor legado al país: ser el libertador de las pandillas criminales; diseñar, impulsar y liderar la estrategia de seguridad más exitosa en 202 años de república, el Plan Control Territorial, que ahora se convierte en un referente, en un modelo que puede ser replicado en otros países bajo las condiciones necesarias para su ejecución. Es un legado de El Salvador al mundo. Ubica a El Salvador como el país con la menor tasa de violencia homicida en 2023 de todo el hemisferio occidental y para el presente año esa tasa será menor.
En este esfuerzo se debe reconocer que también ha dispuesto de sabiduría y alta capacidad ejecutiva al nombrar a sus titulares del Gabinete de Seguridad, cada uno de ellos con amplia experiencia, conocimiento y formación comprobada en materia de seguridad pública, seguridad y defensa nacional, quienes, además de comprender, entender y asimilar su estrategia, la implementaron; han sido ejecutores efectivos y eficientes. De igual manera, el haber incorporado al fiscal general de la república, Rodolfo Delgado Montes, fue atinada. Un trabajo en equipo, unidad, sin protagonismos individuales ni de una sola institución.