Mario Gamero, presidente de la Asociación de Infectología de El Salvador, hizo un llamado a la población salvadoreña para que, cuando la vacuna anti-COVID-19 se encuentre disponible en el país, se vacune para generar la inmunidad de rebaño, necesaria para empezar a frenar la pandemia.
«Si cuando tenemos la vacuna es regalada y no la queremos recibir, me parece que es un poco chocante. Se está haciendo un esfuerzo para que se ponga gratis. Lo que podemos hacer es vacunarnos para no ser fuente de contagio y para que no nos contagien», comentó Gamero.
También indicó que de no lograrse la inmunidad de rebaño seguirían apareciendo brotes de la enfermedad, ya que existe el riesgo de que ingrese al país la cepa mutada del Reino Unido, y que llegue a la población que no ha recibido la vacuna.
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El doctor brindó la información porque en los últimos días se han divulgado rumores sobre los riesgos o efectos que podría generar la vacuna, los cuales –explicó– son falsos, pues las vacunas cuentan con estudios, y algunas de ellas también están aprobadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés).
«La gente está preocupada porque dicen que se le pondrá una vacuna genética, que le va aparecer un brazo por un lado, y eso es totalmente falso, porque las vacunas utilizan porciones ínfimas del virus que ya están inactivadas, sintéticas y no naturales. Yo me preocupara más que me llegara el virus vivo, pero en la vacuna, es algo inactivo y lo que va a hacer es producir defensas en el cuerpo», comentó Gamero en una entrevista de televisión.
Según explicó el doctor, con la inyección los linfocitos producirán anticuerpos contra la proteína que fue inyectada. De tal manera que cuando el virus de la COVID-19 penetre en el cuerpo, las defensas ya estarán listas para enfrentarlo y no dejarán que pase de la garganta a los pulmones. Los pacientes tendrán protección ante la enfermedad 14 días después de la segunda dosis.
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En cuanto a los efectos posteriores a la dosis, el doctor indicó que todas las vacunas generan reacciones, incluso algunas que se aplican desde hace años, como la del tétano, la difteria y la influenza. «La idiosincrasia es una reacción que por su conjetura o contenido genético reaccionan a la vacuna, pero son ínfimas las reacciones secundarias. Pero la mayor parte de los que han recibido la vacuna [anti-COVID-19] han reportado que son un poco de temperatura, dolor de cabeza, que duran 24 horas», explicó el especialista.