Al anunciar el encuentro con el jefe de la iglesia católica, el ministro de Relaciones Exteriores indio Harsh Vardhan Shringla lo calificó como «muy importante».
La discriminación y la violencia contra las minorías religiosas en India, donde los hindúes son mayoría, han ido en aumento desde que el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP) de Narendra Modi asumió el poder en 2014.
Si bien los musulmanes, que representan 14% de la población, han sufrido la mayor parte de la violencia, los cristianos (2%) también son víctimas.
Con el pretexto de que estos últimos intentan convertir por la fuerza a los hindúes, este año se han registrado más de 300 incidentes violentos, según un informe de una oenegé publicado este mes.
En 2020, la Comisión Estadounidense Sobre la Libertad Religiosa Internacional clasificó a India en la lista de «países especialmente preocupantes», por primera vez desde 2004.