En El Salvador, el cultivo de limón es poco si se compara con el de naranja o con otro cítrico. Sin embargo, la siembra de este producto ha experimentado en los últimos años un incremento, sobre todo en aquellos que son cosechados con procesos orgánicos.
Milton Navarrete y su padre son productores frutícolas del cantón San Antonio, en Santa María Ostuma, en el departamento de La Paz, quienes en la actualidad implementan tecnologías orgánicas para cultivar en su finca diversificada.
La ejecución de dichos métodos de cultivo fue guiada por un equipo técnico del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (Centa), por medio de la agencia de extensión en San Pedro Nonualco.
Por mucho tiempo, en la finca Los Navarrete han predominado la yuca, la guayaba, la piña, el plátano, el café, el guineo, la tangerina, la naranja (con semilla y sin semilla), la mandarina y el limón pérsico.
La mayor área cultivada es con estas últimas frutas y tiene un gran aporte económico, pues es el cultivo del que se obtienen las mayores producciones. Navarrete explicó que la finca produce alrededor de 25,000 limones a la semana de los 2,000 árboles que están sembrados. Por cada corta, que pueden ser más de tres en la semana, se obtienen alrededor de 5,000 limones, indicó el productor.
Asimismo, comentó que el cítrico se comercializa con diferentes empresas de la zona; sin embargo, gran parte se vende a comerciantes del mercado La Tiendona y el mercado Central de San Salvador.
El cojutepecano dijo que la hacienda tiene más de un año y medio de estar utilizando foliares, abonos, fungicidas, insecticidas y viralicidas orgánicos, lo que permitió el incremento de la producción y la reducción de costos en los cultivos. Dichas metodologías fueron asimiladas por medio de capacitaciones del Centa.
En ese sentido, cada producto tiene su forma de elaboración, su lista de materiales y en la mayoría se utilizan organismos sólidos que se convierten en líquidos. Además, se emplea melaza, estiércol de res, ceniza y leche o suero de leche, explicó el agricultor.
«La agricultura orgánica es más barata. Los costos disminuyen, pero aumenta la mano de obra y se le da la oportunidad a las personas para que laboren en la preparación de abonos orgánicos», dijo Navarrete.
Luis Gonzáles, jefe de la agencia San Pedro Nonualco, explicó que el manejo orgánico ha consistido en la utilización de un paquete tecnológico que inició con la corrección del pH del suelo, al utilizar agua cernada que contiene minerales y elementos que enriquecen la tierra y ayudan al manejo del cultivo.
Sumó que se trabaja con caldos minerales como sulfocalcio y ceniza, con la nutrición de la planta con el foliar supermagro, la siembra de canavalia, así como la poda en los cítricos.
Por su parte, Enrique Crespín, técnico extensionista para Santa María Ostuma, aseguró que la institución ya tiene cuatro años de trabajar con este tipo de metodologías, por lo que se han beneficiado más de 400 productores de la zona, en San Pedro Nonualco alrededor de 800 agricultores.
Según un estudio del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), en años anteriores, el limón pérsico ocupaba el primer lugar con el 36 % en relación con el total de divisas que ingresaban al país.
Por otro lado, la base de datos del Banco Central de Reserva indica que El Salvador vendió $426,714.81 a Estados Unidos y Costa Rica en lo que va del año.
¿Conoces de dónde se originó este tipo de limón?
El limón pérsico también es conocido como tahití lime en Estados Unidos. Es una fruta casi nueva, que apareció en los huertos de California en el siglo pasado, donde fue llevada por marineros desde la isla de Tahití, en Oceanía. En El Salvador, fue introducido en la década del cuarenta. El primer huerto se estableció en la estación experimental de San Andrés, que hoy es el Centa.