Al ser juramentado como abogado de la república de El Salvador ante los legítimos magistrados electos de la honorable Corte Suprema de Justicia recibimos la protesta de ley de acuerdo con el artículo 143 de la Ley Orgánica Judicial. Se nos pregunta, con nuestra mano derecha al aire: «¿Prometéis bajo vuestra palabra de honor ejercer fiel y legalmente la profesión de abogado, no favorecer a sabiendas ninguna causa injusta y separaros de aquella en que hubieseis comenzado a intervenir, desde el momento en que conozcáis que ella es injusta; no aconsejar ni consentir que se empleen medios reprobados por la ley o la moralpara hacer triunfar a los asuntos; y dirigir o representar a los pobres gratuitamente con toda diligencia?». A lo que contestamos: «Sí, prometo».
El abogado ha prometido promover la justicia; recordándoles que los magistrados, los jueces, los secretarios, los colaboradores jurídicos, entre otros, de las diferentes salas, cámaras, tribunales y juzgados de nuestro país también son abogados, debidamente juramentados.
Entonces, ¿qué es la justicia? ¿Cómo la diferenciamos de lo injusto? Definitivamente, un concepto jurídico indeterminado, es decir, podrá tener varios significados de una persona u otra, pero cualquier estudiante de ciencias jurídicas podría intentar definir este concepto de la siguiente manera: «justicia, principio universal que rige la aplicación del derecho para conseguir que se actúe con la verdad dando a cada uno lo que le corresponde; conjunto de valores por los que debe regirse un Estado de derecho, siendo estos valores la equidad, la libertad y la igualdad».
Excelente, muy bien estudiante, casi un poema completo, le pondremos de calificación 10 en su parcial. Ahora, les cuento que el lema del Órgano Judicial —Órgano constitucionalmente independiente del Órgano Legislativo y Ejecutivo— es y, lo leo cada vez al entrar a cualquier centro judicial integrado, cámara, tribunal o juzgado, «Pronta y Cumplida Justicia».
No sé si reír o llorar no por lo bonito que se escucha, sino porque este lema definitivamente no se cumple en nuestro país. Aclaro, no digo que no existe justicia, definitivamente que sí. Pero les pregunto a mis colegas abogados, a mis clientes y a cualquier persona que ha tenido el privilegio de participar en una diligencia, proceso o juicio como demandado, demandante, ejecutante, ejecutado, denunciante, denunciado, víctima o imputado: ¿Es pronta la justicia? ¿Cumplimos los abogados los plazos de ley? y ¿los jueces cumplen los plazos de ley?
Lo que sí puedo contestar es que los abogados cumplimos los plazos de ley, si no, dependiendo de la rama del derecho, el juez decretará la inadmisibilidad, improponibilidad, prescripción, caducidad, desestimase, deniéguese.
Los jueces, en su mayoría a excepción de la rama penal, puedo decir con toda certeza que no cumplen con los plazos legales según lo establecido en las leyes de la materia. Injusto. Sí, reconozco que existe carga de trabajo, falta de personal, instalaciones incómodas y falta de creación de nuevos juzgados. Se necesitan legítimas reformas, pero antes, cambiemos la cultura organizacional y el liderazgo; recordemos que prometimos ejercer fiel y legalmente la profesión.
Amigos, pórtense bien para que no sean invitados a ingresar al sistema judicial de El Salvador, ya que, repito, justicia sí existe, llegará, pero en unos años, nunca pronta. Y si se portan mal, llámenme. Seré justo, seré el mejor abogado para representarlos.