El Gobierno del presidente Nayib Bukele mantiene las medidas de protección contra la inflación. Este martes, la Asamblea Legislativa aprobó las iniciativas del Ejecutivo para mantener estables los precios de los combustibles (gasolinas regular y súper y el diésel) y el gas propano. Por medio de los subsidios absorbidos por el Estado, los precios seguirán fijos para evitar más impactos en la economía familiar.
A escala mundial, la inflación se ha disparado, y en países como Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido, entre otros, ya se habla del peligro de caer en recesión debido al aumento de los precios de alimentos, combustibles y otras materias primas, debido, principalmente, por la pandemia de la COVID-19, la subsecuente crisis en la cadena de suministros y la tensión geopolítica por el conflicto militar en Ucrania.
El Salvador continuará teniendo los precios más bajos de hidrocarburos en la región centroamericana, logrando que los consumidores hayan tenido un ahorro combinado de $293 millones desde que inició el plan antiinflación del Gobierno.
Y mientras se mantiene esta política de protección a los ciudadanos, el Gobierno del presidente Bukele no ha descuidado las inversiones en obras viales e infraestructura, además del excelente manejo que se hizo de la pandemia de la COVID-19 (logrando que el país tenga unas de las tasas más bajas de fallecidos e infecciones gracias a la masiva vacunación) y la atracción de inversiones y el posicionamiento del país como destino turístico.
En el pasado, estas apuestas en las personas —y no en empresas y grupos económicos— eran consideradas «gasto» y «despilfarro» por los viejos políticos de ARENA y del FMLN, que siguen criticando estas medidas de protección de la economía hogareña porque consideran que ponen en riesgo las finanzas estatales y amenazan con que el país caiga en el impago. Sin embargo, un reciente estudio del Bank of America ha señalado no solo que El Salvador puede hacer frente a sus compromisos fiscales, sino que, gracias al Plan Antievasión, ha logrado incrementar la recaudación de impuestos.
En otras palabras, poner al ser humano en el centro de las políticas gubernamentales ha sido la mejor línea de acción en la administración del presidente Bukele. Debido a ello, el mandatario goza de una alta popularidad y la inmensa mayoría esté dispuesta a volver a votar por él para que continúe dirigiendo el país.