Con una inversión superior a los $200,000, los trabajos de mitigación en el río El Molino, en el municipio de Santa Ana, permitirán garantizar la seguridad de las familias que residen en la zona y de los automovilistas que circulan por el sector, expresaron ayer el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, y el director del Fondo de Conservación Vial (Fovial), Álex Beltrán.
Ambos funcionarios llegaron para verificar el avance de los trabajos de mitigación, los cuales se prolongarán, si así lo permite el comportamiento de las lluvias de la temporada, hasta agosto próximo.
Rodríguez detalló que la inversión totaliza los $210,000 en una obra que permitirá superar todos los problemas generados por el deslave de taludes del río, que puso en riesgo a familias de una residencial privada y la calle que de Santa Ana conduce a San Pablo Tacachico, en La Libertad.
«Vamos a hacer todas las obras necesarias para darles una solución a todas las familias. Con estas obras que estamos haciendo les estamos dando seguridad, les estamos dando confianza de que esta cárcava va a ser eliminada para poder darles una solución verdadera», dijo el ministro.
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Por su parte, Beltrán señaló que con los trabajos que se están ejecutando también se dará una mayor vida útil al puente El Ángel, que pasa sobre el río y que permite la conexión entre Santa Ana y toda la zona sur oriente del municipio y la calle antigua a San Salvador.
El director del Fovial también solicitó a la población no lanzar basura al cauce del río, ya que ese es el principal causante de las inundaciones generadas por el desbordamiento de este.
«Una de las causas principales para que el nivel de las aguas crezca es la descarga irresponsable de desechos hacia el cauce del río. No podemos seguir aventando la basura, no podemos seguirnos deshaciendo de la basura, quitándonos el problema nosotros y tirándoselo a toda la ciudadanía», señaló Beltrán.

Los daños en la zona se acrecentaron con las primeras tormentas de esta temporada, cuando una crecida provocó el deslave del terreno, que a su vez generó el colapso de tuberías de aguas lluvias y negras.
El avance del deslave dejó, además, al borde del colapso el muro perimetral