En el discurso de su investidura el presidente Nayib Bukele destacó que su mayor prioridad en el siguiente quinquenio sería apostarle al crecimiento económico del país de manera equitativa y sostenible, donde todos los sectores se vean beneficiados. En este sentido, se deben considerar dos elementos fundamentales, lo que significa un crecimiento económico y el desarrollo económico, si bien es cierto que se conjuntan, pero son aspectos muy diferentes, puesto que puede haber un crecimiento económico que eleve el PIB del país y eso no indica que haya desarrollo económico.
El desarrollo económico es un proceso de transformación estructural que busca mejorar el sistema económico a largo plazo, de modo que todos los sectores crezcan de manera equitativa y sostenible en el tiempo. El desarrollo económico se refiere al proceso de transformación estructural y social de un país o una región que mejora las condiciones de vida de su población. Es decir, es la capacidad que tiene una economía de generar más bienestar humano.
El desarrollo económico no solo tiene en cuenta el crecimiento económico, sino también otros aspectos como la distribución del ingreso, la calidad de la educación, la salud, la seguridad, el medioambiente, la democracia, los derechos humanos.
Esto debe verse reflejado en la tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de un país y en el surgimiento de más oportunidades y mayor bienestar para las personas.
Para medir el desarrollo económico de forma adecuada deben tomarse en cuenta tanto parámetros cuantitativos como cualitativos, y considerar la eficiencia en los procesos productivos, la atención de las necesidades de las personas y los efectos en el medioambiente. El desarrollo económico se puede definir como la capacidad que tienen los países o regiones de producir y obtener riqueza. El desarrollo está ligado al sustento y la expansión económica de modo tal que garantice el bienestar, se mantenga la prosperidad y satisfaga las necesidades personales o sociales.
Algunos signos que indican la presencia del desarrollo económico son distribución de la renta cada vez más igualitaria, sin importar el sector o región; la inclusión de las personas, buscando que el crecimiento económico no deje a nadie atrás; la disminución de los niveles de pobreza; el incremento en el nivel de calidad de vida de la población.
¿Cómo se diferencia con el crecimiento económico? Ambos conceptos son esenciales para el progreso de un país, pero cada uno tiene su propio espacio.
El crecimiento económico se refiere al aumento del valor de los bienes y servicios, la productividad e ingresos promedios que se generan por parte de la población. Se debe considerar que la medición del PIB es un factor muy utilizado para evaluar la forma en que crece o disminuye la economía de un país. Las causas del crecimiento económico son el progreso técnico, la inversión y acumulación de capital (tanto físico como humano), la apertura a los mercados exteriores y el mantenimiento de unos mínimos imprescindibles en términos de seguridad física y jurídica, paz y libertad. El crecimiento económico se puede lograr con diferentes factores, como el aumento de la población, el incremento de la inversión, la mejora de la productividad, la innovación tecnológica, el comercio internacional, entre otros. El crecimiento económico tiene beneficios para la sociedad, como el aumento del empleo, el ingreso y el consumo, la mejora de la infraestructura y los servicios públicos, la reducción de la pobreza y la desigualdad.
El desarrollo económico, por otro lado, pone mayor énfasis en el desarrollo sostenible y democrático. Parte de la idea de reformar las estructuras económicas para el bienestar de las personas y sus necesidades futuras.
Relación con el índice de progreso social (IPS)
Cada uno de estos se conecta de forma directa con el desarrollo económico, pues este vela por la accesibilidad al bienestar de todas las personas, y el progreso social es consecuencia de un país cuyas políticas de desarrollo están aplicadas de forma apropiada:
1. Necesidades humanas básicas.
En este punto se analiza el acceso a agua potable e infraestructura de baños y alcantarillas; asistencia médica básica, seguridad social (en términos de criminalidad y violencia percibida) y la disponibilidad de vivienda.
2. Fundamentos del bienestar.
Estos se relacionan con el acceso al conocimiento, midiendo la alfabetización y el número de matrículas en centros escolares, el acceso a la información e internet, la salud y la sostenibilidad ambiental, entre otros, destacando que reducir la emisión de gases de efecto invernadero es clave para el futuro.
3. Oportunidades.
Esta dimensión también analiza el acceso a la educación superior, la paridad de género en las instituciones y las oportunidades de acceso a un empleo digno.
De este modo, surge una meta conjunta del progreso social y del desarrollo económico: producir un bienestar para la ciudadanía en cada rama del entramado social que sea sostenible e incluya a cada esfera y persona que habite en ella.
Si el país desea hacer la transición hacia un nivel económico más avanzado y beneficioso para todos sus habitantes, se deberá propiciar un desarrollo económico a largo plazo y monitorear constantemente indicadores como el IPS y el PIB. El crecimiento económico se puede lograr mediante diferentes factores, como el aumento de la población, el incremento de la inversión, la mejora de la productividad, la innovación tecnológica, el comercio internacional, entre otros. El crecimiento económico tiene beneficios para la sociedad, como el aumento del empleo, el ingreso y el consumo, la mejora de la infraestructura y los servicios públicos, la reducción de la pobreza y la desigualdad social.