A donde quiera que va, no falta quién le pida fotos o le grite «¡Ey, Cipitío!». Rolando Menéndez es originario de Juayúa y es quien ha marcado la infancia de muchos al ser el hombre detrás del Cipitío. Un personaje que formó parte de Televisión Educativa (Canal 10) por al menos 80 episodios con «Las Aventuras del Cipitío» y que a la fecha, es de los más queridos por los salvadoreños. En sus cincuenta años de carrera, Menéndez se ha desempeñado activamente en las artes escénicas, participando como intérprete, actor de doblajes, productor, guionista, compositor de temas infantiles y cantante.
¿Cómo fueron sus inicios en la televisión?
Yo empecé a la edad de 19 años, cuando me metí a un grupo musical de mi escuela. Cuando estaba recién graduado me dieron un trabajo temporal en Sonsonate y en ese tiempo se realizaban festivales estudiantiles de teatro, danza y canto. Recuerdo que empecé a cantar con esa voz y cantaba «La Mochila Azul». De ahí, un amigo que se llama Marcial Gudiel hacía el verso cómico y utilizaba el fragmento de un poema con varios personajes entre 10 o 15 y entonces también lo anduve haciendo en shows y a la gente le gustaba. Cuando llegué al Canal 10, en 1977, no llegué directamente a hacer guiones, sino que llegué como auxiliar. Ya había recibido cursos de televisión y luego de dos años como auxiliar se dieron cuenta que yo me había metido a estudiar licenciatura en Letras y ya me dieron la oportunidad de involucrarme en televisión como guionista de «Club Infantil».
La guitarra es su instrumento inseparable, lo ha acompañado desde sus inicios/ Foto: cortesía
¿Cómo descubre su talento como compositor?
Porque en programas como «Club Infantil» había que meter canciones y empecé a desarrollar la creatividad para hacer canciones para niños. En la primera etapa yo compuse una serie de canciones que se llamaba «Cipotadas». Este CD contiene «La rana saltitos», «El perro pulguitas», «La vaquita Mumú», «Mariela» y «Mariposa». En ese tiempo ni soñaba que iba a hacer al Cipitío.
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¿Cómo se da ese proceso creativo?
Trato de sentirme como que fuera un niño, usando palabras sencillas.
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¿Qué se siente, a sus 69 años de edad, tener grandes logros artísticos?
Siento una gran satisfacción personal porque poder vivir el cariño de la gente, especialmente los que vieron «Las Aventuras del Cipitío», y lograr forjar una buena conducta en las personas. El programa estuvo desde 1990 hasta ahí por el 2016.
Como productor de televisión junto a su equipo de trabajo/Foto: cortesía
¿Cuáles son esos proyectos en los que está trabajando?
En estos años que me quedan de vida, quiero impulsar esta canción «Hacia adelante El Salvador» que está inspirada en el bicentenario. No quisiera como artista que quedara olvidada, sino que fuera conocida. Pero yo tengo otros proyectos que en vida los quisiera realizar. Por ejemplo, ya está en proceso, a través de un abogado (ya presentó él todos los papeles) para la creación de Fundación Cipitío. La cual va a ser integrada inicialmente por mis cuatro hijos. Yo quiero que el legado artístico ellos lo logren conservar a través de la fundación. Ojalá que este año logremos que sea aprobada y echarla a andar. Hay proyectos artísticos que también quiero hacer en mi pueblo, Juayúa, y a escala nacional expandir un festival de la música educativa. En Juayúa me gustaría tener una escuela de arte donde poder promover el arte en los niños y el rescate de nuestra cultura.
Cuando comenzaba a experimentar con el personaje del Cipitío, era 1984/ Foto: cortesía
¿Cómo se llaman sus hijos?
Álvaro, Paola, Diana y Josué. Y a ellos quiero dejar a cargo la fundación. Los que me han salido artistas son Álvaro (Youtuber y cantante), Diana (cantante) y Josué (músico). Paola es una gran enfermera.
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¿Cómo describiría a su personaje el Cipitío?
Lo describiría como un amigo, que es parte de nuestra idiosincrasia, con la naturalidad de un niño, con la sencillez y sinceridad que tienen los niños. Ya lo demás, nosotros [él y los productores de «Las Aventuras del Cipitío»] le agregamos otras cosas, como por ejemplo dar mensajes. El personaje mitológico originalmente no tiene eso, pero sí le impusimos el valor de no ser rencoroso, porque el Cipitío es el arquetipo del niño que fue abandonado por su madre la Siguanaba.
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¿Qué hay de Rolando en el Cipitío?
Bueno, hay muchas cosas que identifican al Cipitío con mi persona. Primero, que el valor de la justicia que es un valor que yo siempre he practicado; el amor al trabajo, al ganarse la vida honradamente. El valor de la tolerancia, el valor de la nobleza; la solidaridad de tratar de ayudar a los demás, pero no hacerlo por un interés. Al Cipitío yo lo he tratado de nutrir con cosas que son muy mías, como decir la verdad. A mí no me gusta engañar a la gente.
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¿Qué otros personajes, además del Cipitío, ha hecho?
He hecho «El profesor cerebrito», que hasta le hice una canción y lo interpreté en una aventura también. «Ciriaquito», que surge cuando estaba de moda «El Chavo del 8», pero no me gustó, no lo sentí original, «Chepe Tamales» y «Malévolo». A mí, el medio televisivo me ayudó mucho para dar a conocer mis personajes […] Y hago la voz del Cipitío, hago voz de mujer -que la pueden escuchar en la canción «Los Piropos», que le cedí a la Fiebre Amarilla-, también hago matices con las voces graves y de anciano.
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¿Y quién es el títere que lo acompaña?
Él se llama «Cachinflín» y cuando estoy dando shows del Cipitío o la Cipibanda él es alguien que repite lo que voy diciendo, pero se equivoca cuando lo dice y da risa. Este es uno de los muñecos que yo rescaté porque varios muñecos y títeres habían quedado tirados en el canal y yo dije este me va a servir de los que se usaban en «Fantasía», «Letritas» o «Cipotadas».
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¿Puede compartir alguna experiencia que le marcó su vida mientras estaba en televisión?
En octubre 2011 me quiso dar un infarto. Yo estaba en el baño a las 3 de la mañana y de repente un gran dolor de pecho; víctima de solo andar trabajando, de andar solo comiendo cosas llenas de grasa y había abandonado el ejercicio como las caminatas, la natación que a mí siempre me han caracterizado. He sido un tipo que me ha gustado andar activo y en ese entonces me había puesto demasiado sedentario. Después de esto, volví a hacer ejercicio, volví a la natación. Hoy, en las tardes, salgo a caminar con mi perrito.
¿Cuál es su música favorita?
La música suramericana me gusta mucho, aquella que tocan con instrumentos autóctonos. También la clásica de Mozart, esa música me hace vibrar a mí y me hace olvidar cualquier situación triste.
¿Cuántas canciones inéditas tiene hasta ahora?
Alrededor de 130 canciones tengo sin publicar, una de ellas es «Démole merengue al dengue» otra es «La Pastillita».
Cuaderno donde Menéndez guarda sus canciones escritas/ FOTO: DES
¿Cuántos hermanos tiene?
Por el momento me han quedado solo dos, dos ya partieron, mi hermanito gemelo que interpretaba Al Brujo Barbujo, se llamaba Luis Armando Menéndez. Mi hermanita Ana Cecilia era menor que nosotros los gemelos. Están vivos, César Adán y Hugo Ernesto.
Rolando Menéndez junto a su hermano gemelo Luis Armando/ Foto: cortesía
¿Cuál es ese legado que usted quiere dejar?
En primer lugar, quiero que no nos olvidemos de nuestras raíces, de dónde venimos. Es importante para forjar nuestra identidad, no olvidarnos de nuestras leyendas, que no nos dejemos alienar por las cosas que vemos principalmente en la tecnología. De hecho, hay una canción que he yo he hecho y se llama «Internetitis aguda» y habla de que usemos los teléfonos, pero no nos olvidemos de Dios, ni de los libros.