El grado de entrenamiento que poseen los agentes caninos Rex y Rambo los ha hecho destacar no solo rescates en El Salvador, sino que en el extranjero. El pasado 18 de febrero retornaron al país junto a 111 personas que integraron los equipos de Búsqueda y Rescate Urbano (USAR), la Unidad Humanitaria y Rescate (UHR) de la Fuerza Armada y el personal médico del Fondo Solidario para la Salud (Fosalud) que desarrollaron labores humanitarias en Turquía por la devastación que provocaron los terremotos del 6 de febrero de magnitud 7.8 y 7.6 escala Richter.
En el caso de Rambo, ya es considerado un héroe por el desempeño que tuvo para localizar personas con vida. El perro, raza pastor belga malinois fue entrenado por dos años, esto le significó obtener una certificación por la ejecución de la metodología Arcón (Sistema de formación e intervención para Equipos Caninos de Búsqueda, destinados para la localización de personas) para poder unirse al equipo de rescate.

El trabajo en equipo que desarrolla el entrenador junto al perro rescatista los vuelve un binomio importante en la búsqueda de víctimas con vida, y gracias al aporte de los animales el margen de error es mínimo al momento de hacer la localización de personas en circunstancias de riesgo. Así lo demostró Rambo durante su primer operativo internacional en Turquía.
«Mandamos a dos guías, dos caninos que están especializados en la búsqueda de personas bajo escombros, porque esa era la prioridad la de rescatar personas con vida. La verdad uno se siente muy bien porque uno se adentra más para ver la labor de los perros», expresó el sargento Raúl Ernesto Fuentes Reyes de la sección canina de la Fuerza Armada.

Durante los ocho días que los caninos permanecieron en la nación turca -del 9 al 17 de febrero- colaboraron en la ubicación de dos personas con vida, las víctimas de ese terremoto fueron identificados como: Melih Efe Özcan, niño de cinco años, y Deniz Dal, de 30 años.
ENTRENAMIENTO Y RAZAS MÁS DESARROLLADAS
El sargento Reyes afirmó que todos los perros reciben formación diaria de entrenamiento y buena alimentación; se recompensa al animal para que pueda seguir órdenes.
«Lo que hacemos es empezar con los cachorros cuando tienen cuatro meses, despertamos en los perros los instintos de presa y caza que por naturaleza los perros ya lo traen. Nosotros reforzamos por medio de atractores (puede ser una pelota, juguetes o un kong). Trabajamos la socialización con los perros», sostuvo el militar.
Un kong es fundamental para los caninos de la Fuerza Arma, este es un cono de goma dura con forma irregular. Tiene un hueco en su interior para rellenarlo de alimento y así entretener al perro, es decir, se estimula para que interactúe.
La misma fuente explicó que existen razas específicas de perros para que desarrollen actividades de rescates, estas son: el pastor belga malinois que es una de las cuatro variedades de la raza canina de pastor belga, su nombre hace referencia a la ciudad de Malinas.
A estos ejemplares se suma el golden retriever, el cual forma parte de una raza que se desarrolló en el Reino Unido en 1850, más concretamente en las tierras escocesas.

El labrador retriever, es originario de Terranova, Canadá. Finalmente, el pastor holandés, que es propio de Países Bajos. Lo caracteriza su imponente estructura corporal, su musculatura fuerte y bien proporcionada.
«Todos los perros tienen la capacidad de trabajar, pero la Fuerza Armada se ha conformado por las líneas de trabajo. Estas son las líneas con las que más trabajan las unidades, los policías o las Fuerzas Armadas de los diferentes países», expresó el sargento Raúl Ernesto Fuentes.

Señaló que cualquier perro puede ser entrenado, no obstante, se tienen que ver las cualidades de cada raza porque algunos no tienen esas características debido a que desde los cuatro meses a un año, ya pueden tener una especialización sea en detectar explosivos, búsqueda y rescate u olfateando narcóticos.
Fuentes agregó que algunos caninos son adoptados, donados y otros han nacido en la unidad; mencionó que cualquier persona puede donar cachorros a la Fuerza Armada, pero antes tienen que pasar evaluaciones y cumplir con el requisito de cuatro meses para que puedan ser entrenados.
El tiempo de vida de trabajo de estos perros puede ser de hasta ocho años, después de este periodo, son donados a ciudadanos responsables que cumplan con los controles sanitarios, cuido y de alimentación para el bienestar de los canes.