Solo en el banquillo el técnico Guillermo Rivera prendía un cigarro entre el silencio sepulcral. Afuera visibles los rostros desencajados de sus pupilos denunciaban la rabia y tristeza al ver como a unos metros al norte Juan Ramón Paredes y sus «tiburones» eran una piña en fiesta después de remontar un 3-0 y coronarse campeones por la vía del penalti.
«El partido no termina hasta el árbitro no pita, él dijo seis minutos y seis minutos se jugaron y ahí empatamos. Nuestro rival tenía todo a favor, pero nosotros le hemos sacado de la bolsa todo el mandado. Hemos ganado un título, lo que no hemos ganado es el ascenso por que no se ha jugado», expresó el profesor Juan Ramón Paredes, quien aseguró que en este juego quedó demostrado que la gente no juega.
Y es que, aunque los gallos del Platense jugaron de morado, los graderíos lucieron el amarillo de su hinchada que se impuso en número a la afición rival.
«El domingo que nos toque enfrentar al Platense será otro duelo impresionante, otro duelo cardiaco que no queda ninguna duda. Nadie nos quita el sueño del ascenso a primera división», prometió, al tiempo que reconoció que el juego de ayer fue dramático y se jugó con el corazón en la mano.
Dura lección
Por el lado del Platense, aunque obviamente bajoneado por el resultado, se tomaron la derrota como una lección. «Tenemos un juego más, pero tenemos que aprender de estos errores para que ya no nos vuelva a pasar. No te pueden meter dos goles en menos de cinco minutos», dijo Rafael Burgos.
«Ahora nos toca ver la premiación para ellos y ni modo no nos queda más que felicitarlos a ellos porque no bajaron los brazos», manifestó.
Juan Camilo Delgado, uno de los jugadores símbolos en las filas galleras también se manifestó en el mismo sentido.
«Sabíamos que Destroyer tiene un buen juego aéreo, teníamos que contrarrestar eso, y bueno nos dan una buena lección, pero el fútbol da revanchas y esperamos el domingo hacer un buen fútbol y ganar ese partido importante para estar en primera división», declaró el cafetero.
El delantero colombiano fue uno de los que anotó desde el penalti tanto durante el partido como durante la lotería en la que fallaron por los viroleños Roberto Melgar y José Ruiz en el disparo final que contuvo Gerson López y que significó un título.