Este lunes, 2 de mayo, se llevó a cabo la misa funeral y santa sepultura de monseñor Fernando Sáenz Lacalle, quien desempeñó el cargo como arzobispo de San Salvador en las décadas del 90 y 2000, y falleció el pasado 28 de abril, a los 89 años, en La Libertad.
Por su parte, Monseñor Rafael Urrutia, canciller del Arzobispado de San Salvador, leyó ante los feligreses la carta de condolencias enviada por el papa Francisco por el fallecimiento de monseñor Fernando Sáenz Lacalle.
«Su santidad Francisco expresa a vuestra excelencia su sentimiento de pesar…asimismo, recordando a este abnegado pastor, que durante años y con generosa fidelidad, entregó su vida al servicio de Dios y de la iglesia, primero como Obispo Auxiliar de Santa Ana y, luego, como pastor de esa arquidiócesis», leyó Monseñor Rafael Urrutia.
Luego de una procesión por las calles del centro histórico de San Salvador, el cuerpo del arzobispo emérito de San Salvador fue ubicado en la cripta del sótano de la catedral, mismo lugar en que se encuentran los restos de San Óscar Arnulfo Romero.
La invitación a la santa misa funeral de monseñor Fernando Sáenz Lacalle fue realizada para los feligreses por la Arquidiócesis de San Salvador y la Prelatura del Opus Dei, la cual se llevó a cabo desde las 10 de la mañana en la catedral de la capital.
Cabe mencionar que Monseñor Fernando Sáenz Lacalle nació el 16 de noviembre de 1932 en Cintruénigo, una villa y municipio de la Comunidad Floral de Navarra, España. Entre las labores que desempeñó se encuentra el cargo de arzobispo de San Salvador entre 1995 y 2008. Su ordenación sacerdotal ocurrió el 9 de agosto de 1959 y su ordenación episcopal el 6 de enero de 1985.