El nuevo ministro británico de Finanzas admitió el sábado los «errores» del gobierno y advirtió que tomaría «decisiones muy difíciles» ante la crisis que atraviesa el país, un cambio de rumbo que podría no ser suficiente para que la primera ministra Liz Truss logre salvar su puesto.
«Truss lucha por su supervivencia», titulaba el sábado The Times, que escribe que «incluso en Downing Street, altos funcionarios piensan que es solo cuestión de tiempo antes de que se vea obligada a irse».
«Truss se aferra al poder», publicaba en portada el Daily Telegraph. Según el periódico conservador, los parlamentarios «tories» siguen conspirando para que abandone cuanto antes la cabeza del ejecutivo.
«¿Qué más puede soportar (ella y todos nosotros)?», se preguntaba el Daily Mail, que considera que el viernes «el caos, la confusión y los cambios de actitud alcanzaban extremos inéditos».
Este sábado, el nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, admitió que se cometieron «errores», tanto de la primera ministra Liz Truss, como de su predecesor en el ministerio, Kwasi Kwarteng, destituido el día anterior.
«La primera ministra lo reconoció y por eso estoy aquí», añadió en el canal de televisión Sky news, en sus primeras declaraciones públicas desde su nombramiento la víspera.