La relación entre la República Popular de China y El Salvador, establecida el 21 de agosto de 2018 y fortalecida durante el Gobierno de Nayib Bukele, es un parteaguas histórico en el desarrollo del progreso social, económico, político y cultural de nuestro país. Uno de los proyectos de cooperación más simbólicos, el edificio de la Biblioteca Nacional, ubicado en el corazón del Centro Histórico, representa un arca de Noé, donde están simbolizados todos los libros de la Tierra, pero también las líneas maestras de la cooperación china en apoyo a la cultura, la educación y la ciencia.
ANTECEDENTES
El acercamiento de El Salvador y de Latinoamérica hacia China aumenta luego de la crisis hegemónica que desde 2008 abate a EE. UU. y sus aliados y por el avance de la economía china, que ha pasado a ser la más importante del mundo. La de China ha sido una larga marcha a partir de la fundación en 1949 de la República Popular para despojarse de la subordinación neocolonial, abrir su propio camino nacional-popular y abandonar la periferia. Esta transición significó saltar de la semiperiferia a centro económico en sus núcleos urbanos más desarrollados, gracias a las reformas de Den Ziaoping desde 1978, y de potencia regional a gran potencia mundial.
Desde una perspectiva geopolítica es significativo el giro que propició la creación de la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS) en 2001, cuyos miembros actuales son China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, India, Pakistán e Irán, convirtiendo a la OCS en uno de los pilares para cambiar el escenario político-estratégico mundial, despojando a EE. UU. de su estatus de ser el único árbitro global en las relaciones internacionales. En paralelo, el gran crecimiento de la economía china, la crisis europea en 2009, las tensiones con la Unión Europea, el lanzamiento del Brics (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) en 2009 que aglutina a potencias de la semiperiferia emergente, la guerra en Ucrania, se insertan en los procesos de insubordinación del Sur global que contribuyen al resquebrajamiento del mundo unipolar.
El proyecto megarregional Belt and Road Initiative (Iniciativa de la Franja y la Ruta o Proyecto de la Nueva Ruta de la Seda), impulsado por el Gobierno de Pekín con el fin de unir por tierra a China con Europa, cruzando toda Asia Central, y unir así Oriente con Occidente, es de planetaria importancia. Se considera a los países de Latinoamérica y el Caribe como una extensión natural de la Ruta Marítima de la Seda, lo que proporciona nuevas direcciones para el desarrollo de la cooperación económica entre China, Latinoamérica y el Caribe. Con ello, a la par que se desgasta el diseño mundial unipolar, las estrategias de los países emergentes ponen de manifiesto la multipolaridad, donde los cuatro principales valedores son EE. UU., China, Rusia, India.
CHINA-EL SALVADOR
Es en este contexto donde se desenvuelve de manera dinámica la cooperación entre China y El Salvador, que en los últimos años ha generado novedosos proyectos sinónimo de progreso y modernización, como la ya mencionada Biblioteca Nacional, el estadio, el proyecto Surf City La Libertad, la potabilización del lago de Ilopango, el apoyo masivo a la digitalización de las escuelas a escala nacional. Todo, producto de una cooperación no reembolsable de $500 millones, en el marco de la cooperación Sur-Sur. A ello habría que agregar las donaciones millonarias de vacunas anti-COVID-19 recibidas oportunamente en plena pandemia, miles de toneladas de fertilizantes y cereales, becas a estudiantes y periodistas salvadoreños para estudiar y visitar China, así como la construcción de infraestructura en el muelle de mariscos y el muelle artesanal del puerto de la Libertad.
La República Popular China es un aliado estratégico para El Salvador; su apoyo desinteresado, libre de ataduras políticas o ideológicas, así como su cooperación no reembolsable, son importantes en los distintos proyectos-país de desarrollo, comercio e inversión.
En el marco regional, habida cuenta de que China representa el 20 % de la población mundial, constituye la segunda economía más grande del planeta, y es el primer socio comercial del mundo. Las relaciones bilaterales con el SICA (Sistema de la Integración Centroamericana) están encaminadas a la cooperación y a la integración, ya que actualmente es el mayor socio comercial de la región.
China logró en 2023 integrarse como observador permanente en el Parlamento Centroamericano (Parlacen) y como observador extrarregional en el SICA. La presencia de China en Centroamérica y los países del SICA aumentó en los últimos lustros. En 2007 Costa Rica estableció relaciones diplomáticas, seguido por Panamá (2018), República Dominicana (2018), El Salvador (2018), Nicaragua (2021) y Honduras (2023). China firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Costa Rica (2011), Panamá (2018), Honduras (2023) y Nicaragua (2024).
¿Por qué no reclamar un TLC de Centroamérica y el Caribe con China aprovechando estos procesos? Seis de los ocho miembros del SICA reconocen al Gobierno de Beijing, pudiendo así aprovechar regionalmente los beneficios que ofrece el Gobierno de Xi Jinping. Las posibilidades de suscribir un TLC entre El Salvador y China se vuelven reales a medida que la cooperación china rinde sus frutos. Hay escollos en lo relativo a la industria textil salvadoreña y la producción de algodón que podrían ser considerados de manera especial en dicho tratado, por ejemplo, excluyendo la competencia textil china en El Salvador, o considerando apoyo técnico de China en maquinarias y calidad de las semillas para la producción de algodón.
También se abre la posibilidad de que China pueda modernizar y explotar el puerto de La Unión, inhabilitado desde que terminó de construirse en 2010, y cuyo mantenimiento ha costado $20 millones en la última década. Un aspecto importante sería que la República Popular China compre la deuda externa de El Salvador, vitalizando el progreso y la productividad en nuestro país y la región centroamericana.
La cooperación china abre infinitas posibilidades a El Salvador, pues es la llave para llegar con nuestros productos a sus 1,412 millones de habitantes.