Tras 10 años de permanecer recluido, Hugo Alexander Martínez López, de 37 años comenta como el haber sido condenado por el delito de violación le ha servido para hacer un recuento de su vida y buscar la forma de enmendar sus errores.
«Para mi la entrada en el centro penal no puedo decir que fue agradable, porque no es agradable estar en un centro penal, pero también a uno le sirve para que pueda hacer un recuento de todo lo que ha pasado en nuestras vidas, uno puedo decir, esto está bien, esto está mal, y uno puede tratar de ir enmendando los errores», comentó.
Hugo forma parte de los 28 reos en fase de confianza que colaboran con la construcción de 160 viviendas, en el proyecto habitacional de Nuevo Cuscatlán. Para él, la oportunidad de salir a diario de su celda y realizar labores en beneficio de la sociedad se ha convertido en una redención para su vida.
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«Hay muchas cosas que aquí las he venido a aprender, mi fuerte es la soldadura y la albañilería, pero hay muchas cosas en el área de la construcción como la tablaroca que las he aprendido realizando este tipo de trabajos. Nosotros estamos aprendiendo a vivir una vida diferente, para que los demás sepan que uno está cambiando», apuntó el reo.
Desde el 14 de octubre de 2018, Hugo se encuentra en la fase de confianza, comenta que si sigue siendo bien evaluado obtendrá uno de los beneficios que estipula la ley para los reos en fase de confianza para lograr salir de prisión a finales de 2021 o principios de 2022.
«Me faltan siete años para terminar la condena, pero estoy confiando en el todo creador, que es quien lleva las cosas y sabe cómo las lleva, esperando que un día me otorgue un beneficio que ya estoy por lograrlo pronto de llegar a las dos terceras partes de la pena y ser libre, es lo que estoy anhelando» enfatizó Hugo.
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Agrega que lo primero que desea al salir de prisión es disfrutar el tiempo con su esposa y sus cuatro hijas de 19, 15, 12 y 10 años. Además de regresar a trabajar en las instalaciones portuarias de Cepa del puerto de Acajutla, donde por 10 años supervisó la carga y descarga de buques mercantes, y así demostrarle a la sociedad su cambio.
«Pienso que para poder cambiar el pensamiento no hay necesidad de pasar 10 o 20 años en la cárcel, a veces bastan cinco años para darse cuenta uno los errores que se han cometido y el daño que se ha hecho. Les pido perdón de parte de cualquier privado de libertad, de cualquier delito cometido a la sociedad, entiendo que con una disculpa no vamos a aplacar lo que es su malestar, pero todos estamos expuestos a una equivocación, por eso mismo les pido perdón», detalló Hugo.