Las cuadrillas de albañiles, electricistas, mecánicos y carpinteros integradas por reos en fase de confianza que forman parte del Plan Cero Ocio, que impulsa la Dirección General de Centros Penales, han brindado aportes importantes en más de 75 instituciones del Estado con su trabajo.
Muestra de ello son las reparaciones en cientos de pupitres, bancas, el sistema eléctrico, servicios sanitarios y otras áreas donde fueron hechas reparaciones en más de 77 escuelas públicas del país. A eso se suman el apoyo que brindan los prisioneros en la construcción de Centros Urbanos de Bienestar y Oportunidades (CUBO) que son espacios de desarrollo cultural enfocados, principalmente, en la prevención de la violencia.
A este listado también se agrega el trabajo que estas cuadrillas han realizado en las instalaciones de 60 clínicas del sistema de salud pública, así como mejoras en ocho policlínicos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). Hicieron mejoras en 27 delegaciones de la Policía Nacional Civil (PNC), de las cuales, dos sedes fueron construidas en su totalidad.
Las reparaciones en el edificio de Atención al Migrante, que está a cargo la Dirección General de Migración y Extranjería, han permitido que los compatriotas retornados tengan instalaciones dignas donde poder descansar.
Según el director de Centros Penales, Osiris Luna, la población más necesitada también se ha visto beneficiada con la construcción de casas elaboradas con mano de obra de los reos como parte del apoyo que le brindan al Ministerio de Vivienda.
Los prisioneros que no forman parte de estas cuadrillas trabajan en los talleres de los centros penitenciarios donde reparan sillas de ruedas que posteriormente son entregadas a instituciones de atención ciudadana como el Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral (ISRI).
«Tenemos un taller de mecánica, estamos elaborando las sillas de ruedas para el ISRI, el ISSS, estamos arreglando todas las bancas que tienen en mal estado, las restauramos y llevamos. Son privados de libertad que lo hacen», explicó Luna.
Además, la mano de obra de estos prisioneros ha permitido mejorar las instalaciones en algunos centros del Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (Conna) donde son atendidos niños y sus familias; también fueron mejorados 14 policlínicos del Instituto de Bienestar Magisterial, uno por cada departamento, para garantizar cómodas instalaciones a los maestros al momento de ser atendidos.
El funcionario dijo que recientemente entregaron mobiliario para los gimnasios del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES) para los atletas de alto rendimiento. Detalló que con el plan de autosostenibilidad son los mismos reos los que fabrican los catres, así como los uniformes blancos y amarillos de la población penitenciaria, con ello la institución solo invierte en la tela.
También hay 1,000 reos que participan en la entrega de los paquetes del Programa de Emergencia Sanitaria (PES), los cuales son llevados a las familias salvadoreñas más necesitadas.
«Podemos ver que los privados de libertad los estamos utilizando para darle una nueva oportunidad para que cuando vuelvan a la sociedad no sean una carga, para que la sociedad los vea diferente, hay personas que se lo han ganado y la población está viendo que está recuperando su dignidad», mencionó.
El último anuncio que hizo el funcionario fue que privados de libertad trabajan en la mejora del balneario Los Chorros, destruido en mayo de 2020 por la tormenta Amanda, y mejoras en el parque Balboa, en Los Planes de Renderos.