Los 31 migrantes secuestrados el sábado por hombres armados en el norte de México cerca de la frontera con Estados Unidos «fueron rescatados sanos y salvos», informó este miércoles la secretaria de Gobernación (ministra de Interior), Luisa Alcalde.
«Acaba de informarnos el gobernador (del estado de Tamaulipas) Américo Villareal que fueron rescatados sanos y salvos los 31 migrantes secuestrados» cuando viajaban por una autopista de esa región, dijo Alcalde en X, antes Twitter, agradeciendo «a la Guardia nacional y a las fuerzas armadas».
El portavoz del gobierno federal, Jesús Ramírez, añadió en la misma red social que los migrantes, en su mayoría venezolanos, «ya están en manos de las autoridades y se les hace la revisión médica correspondiente».
Ramírez publicó cuatro fotografías en las que se observa a los presuntos migrantes dentro de un autobús. El grupo incluye a dos niños, uno de ellos cargando un oso de peluche, una mujer y varios hombres, sentados frente a oficiales.
Los 31 migrantes fueron raptados la tarde del sábado 30 de diciembre cuando viajaban en un autobús por la autopista Reynosa-Matamoros, del estado de Tamaulipas, una de las rutas usadas por los migrantes para llegar a Estados Unidos.

«La mayoría, al parecer, (son) venezolanos», dijo el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador este miércoles en su habitual conferencia matutina, y agregó que «también hay colombianos».
El martes, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, había dicho que había «cuatro colombianos» entre los secuestrados.
Hombres armados que llevaban pasamontañas detuvieron el autobús y los obligaron a subirse a cinco camionetas, informaron las autoridades el martes.
El autobús viajaba de Monterrey, Nuevo León, a Matamoros, Tamaulipas, con 36 pasajeros.
Los secuestradores permitieron a cinco pasajeros mexicanos y a los chóferes continuar su camino hasta Matamoros.
Con más de 3.000 km de frontera con Estados Unidos, México es un país de tránsito y de retención para migrantes, principalmente de países de América Central azotados por la violencia o la pobreza (Honduras, Guatemala, El Salvador), del Caribe (Haití, Cuba) o de Venezuela, que chocan con las políticas restrictivas de Estados Unidos.