Ayer entró en vigor la Ley Especial de Protección y Bienestar Animal para proteger a la fauna silvestre y a los animales de compañía. De inicio, da un plazo de 30 días para que las alcaldías modifiquen sus ordenanzas y las pongan en sintonía con las nuevas disposiciones legales.
Pocos países en el mundo han dado el paso que ha dado El Salvador de reconocer a los animales como seres sintientes, capaces de experimentar diversas emociones. Es por esta razón que quienes los maltraten o les den mal cuido podrían ser sancionados con multas que van hasta los 10 salarios mínimos.
Los animales de compañía, de hecho, forman parte de las familias, y quienes los tratan mal suelen ser personas que tampoco tendrán reparos en lastimar a otros seres humanos. En otras palabras, la violencia contra animales indefensos y dependientes de las personas es el preámbulo para cometer actos de violencia contra personas, aprovechando posiciones de poder o por el simple y mórbido placer de causar daño.
Nuestra sociedad debe arrancar cualquier tolerancia al maltrato animal porque es la antesala a delitos violentos. Muchos criminales «aprenden» a matar a personas practicando la violencia en otros seres vivos, porque de esa forma se vuelven insensibles al dolor ajeno, extirpando cualquier atisbo de empatía. Usar estas prácticas, pues, va en el camino de eliminar conductas violentas en la sociedad.
Con la Ley Especial de Protección y Bienestar Animal, el Gobierno garantiza un control para evitar el abuso, el maltrato y todo acto de crueldad hacia las mascotas, con multas y sanciones para los infractores.
Sin embargo, la ley también tiene un elemento preventivo, que es el de fomentar una cultura ciudadana de respeto, tolerancia y de buen cuido hacia los animales de compañía, a través de la educación por diferentes vías de comunicación para generar sensibilización y la toma de conciencia.
Esta ley tiene el mismo espíritu que la puesta en marcha de Chivo Pets, un hospital veterinario creado a partir de las ganancias del bitcóin y que atiende a las mascotas de los ciudadanos, así como a aquellos animales abandonados y que requieran atención médica.
Solo en la medida en que la sociedad aprenda a cuidar y respetar a los animales podremos tener la conciencia de ser más solidarios y empáticos unos con otros.