Rigoberto Hernández es un ahuachapaneco que tiene nueve años de personificar al Cipitío y de viajar a distintos puntos del país. Recientemente transitó por las calles de la ciudad de Usulután con su peculiar vestimenta vendiendo juegos tradicionales.
Él mencionó que la idea de darle vida al personaje fue debido a que en su niñez le encantaba escuchar sobre las leyendas salvadoreñas, en especial la de dicho personaje.
«Ya mayor me dio por andar promoviendo el personaje del Cipitío. Lo hago porque me gusta y trato de hacerlo lo mejor que se pueda», cuenta Rigoberto.
Fue hace nueve años que decidió adentrarse en el mundo de la comedia, las leyendas y la cultura, para promover entre las nuevas generaciones algunas tradiciones y leyendas salvadoreñas.
De ciudad en ciudad, vestido como el Cipitío, se encarga también de vender sus juguetes tradicionales, los cuales son muy solicitados por la población cuando lo ven vestido de forma tan única.
«Gracias a Dios los vendo. La gente me compra cuando ve al personaje», dijo el ahuachapaneco.