Las primeras rocas lunares traídas a la Tierra en décadas mostraron que el satélite terrestre tuvo actividad volcánica hasta hace menos tiempo del pensado, indicaron científicos chinos este martes.
En el análisis de este material, los científicos hallaron basalto, una forma de lava enfriada, de hace 2.030 millones de años, lo que acerca en unos 900 millones de años la última actividad volcánica conocida en la Luna.
El análisis de las muestras «revela que el interior de la Luna todavía estaba evolucionado hace unos 2.000 millones de años», señaló la Academia de Ciencias China en un comunicado.
Las rocas lunares obtenidas previamente por misiones estadounidenses y soviéticas mostraban que el satélite terrestre tuvo actividad hasta 2.800-2.900 millones de años atrás.
Sin embargo, esas muestras procedían de partes más antiguas de la superficie lunar, con lo que la comunidad científica carecía de información sobre una parte importante de la historia más reciente del satélite.
La misión Chang’e 5, bautizada en honor a la diosa de la luna china, recogió dos kilos de muestras de una parte antes no explorada de la Luna, el volcán Mons Ruemker en la vasta zona llamada Océano de Tormentas («Oceanus Procellarum»).
Los científicos seleccionaron esa zona porque pensaban que podía haberse formado más recientemente debido a la baja densidad de cráteres de meteoros en su superficie.
«Todos estos resultados juntos son extremadamente excitantes, aportan un conocimiento increíble y resultados para comprender la formación de la Luna y su evolución con el tiempo», indicó Audrey Bouvier, profesor de planetología en la Universidad de Bayreuth (Alemania), en un mensaje de video en una rueda de prensa en Pekín el martes.
Los últimos descubrimientos, publicados en tres artículos en la revista Nature este martes, generan nuevas preguntas para los científicos que tratan de descifrar la historia del satélite.
«¿Cómo mantuvo la Luna actividad volcánica durante tanto tiempo? La Luna es pequeña y debería dispersar el calor rápidamente, o al menos eso pensábamos», dijo a los reporteros el investigador de la Academia de Ciencias China, Li Xianhua, uno de los autores de los estudios.
Las muestras de la misión Chang’e 5 supusieron un gran paso para el programa espacial chino, que envió un robot a Marte y otro a la cara oculta de la Luna.
El país, a la carrera para atrapar a Estados Unidos y Rusia, envió el sábado a tres astronautas para seguir construyendo su nueva estación espacial, que debería estar operativa en 2022.