Rodrigo Ávila, diputado de ARENA en la Asamblea Legislativa, culpó esta mañana en la entrevista Frente a Frente al FMLN por haberse opuesto en las legislaturas anteriores a aprobar medidas que funcionaran para combatir a las pandillas.
Ahora el partido tricolor se opone a la estrategia de seguridad en la guerra contra las pandillas, negando los votos de sus diputados para el financiamiento del Plan Control Territorial y la aprobación y posteriores prórrogas del régimen de excepción que ha dejado más de 37,000 capturas de pandilleros y sus colaboradores.
Durante la entrevista, a Ávila le realizaron una consulta ciudadana con respecto a que si ARENA sabía cómo frenar a las estructuras criminales, por qué no lo hizo mientras gobernaba el país. A lo que el legislador arenero respondió excusándose que fue el FMLN el que no daba sus votos para aprobar medidas antipandillas y calificándolo de haber sido una «oposición férrea»
«Primero hubo una oposición férrea de aquel entonces, del FMLN. No hubo correlación de votos, quisimos poner el “Foseguridad”, quisimos implementar el tema de las reformas penales y no se aprobó, quisimos implementar las escuchas telefónicas con autorización judicial y tampoco se aprobó, los presupuestos que pedíamos no se nos dieron. Hubo una oposición férrea», dijo Ávila.
Asimismo, argumentó que durante 2005 y 2006 él «se quejaba porque en la Asamblea se crearon leyes antipandillas que también eran similares a una ley de peligrosidad que se hizo mucho antes de ese tiempo».
Ávila también intentó atribuirle a su partido algunas de las medidas de seguridad que ha impulsado el Gobierno del presidente Nayib Bukele. Según el parlamentario tricolor, en las legislaturas pasadas aprobaron iniciativas que facilitaron el accionar actual contra los grupos criminales.
Sin embargo, la nueva Asamblea Legislativa ha reiterado en diversas ocasiones que han tenido que «reordenar» y crear nuevos marcos jurídicos para poder otorgarle gobernabilidad al presidente Nayib Bukele, debido a que la legislatura anterior «tenía falta de voluntad» y negaba su apoyo a todas las medidas para aumentar la seguridad en el país, que el mandatario salvadoreño enviaba al Órgano Ejecutivo.