Rosie Romero a los 10 años comenzó a recoger botellas de plástico que se encontraban tiradas en las calles de la comunidad donde residía, en el cantón El Niño, de la ciudad de San Miguel.
Las usaba para almacenar agua o para regar las plantas. Hace cuatro años, pensó en darles otro uso a las botellas de plástico que recolectaba y aprovechó que, junto con su abuela, había aprendido a elaborar flores de papel, desde ese momento decidió hacerlas con plástico.
«Entonces comencé a cortar las botellas en forma de flores y dije: si le damos vuelta, aquí podemos observar un pulpo, y como dicen que cuando uno crea algo está jugando a ser niño otra vez, es allí donde van surgiendo más ideas y ahora hago peces, guirnaldas, medusas, palmeras siempre de plásticos», comentó la artista.
En el carnaval de San Miguel de 2019, la joven de 23 años tuvo la oportunidad de decorar con plástico una de las carrozas del desfile, y allí demostró su arte para usar las botellas recicladas y fue entonces cuando también eligió su nombre artístico: la Reina de la Basura Challenge.
Actualmente, el deseo de la artesana por reciclar y cuidar el medioambiente se ha trasladado a la playa El Esterón, de Intipucá, donde recoge parte del plástico que expulsa el mar, luego lo traslada y lo procesa en su taller, que está situado en la misma zona, para elaborar artesanías y murales en alto relieve a base de botellas de plástico.
A mediados de este año, la Reina de la Basura Challenge elaboró sus primeros dos murales; uno se encuentra en la gobernación de La Unión y el otro está en la isla Meanguera del Golfo.