El gobierno reportó 895 muertes en las últimas 24 horas, un récord en el país desde el inicio de la pandemia. La nueva cifra lleva el total de muertes por COVID-19 a 211,696, la tasa más alta de Europa.
Las autoridades son acusadas de minimizar la gravedad del brote y de no tomar las medidas sanitarias adecuadas contra el coronavirus.
Rusia, el quinto país más afectado del mundo con más de siete millones de casos registrados, ha visto cómo los contagios aumentan a medida que la vacunación se estanca.
Moscú, epicentro del brote, experimenta un pico en las últimas semanas y las autoridades advierten sobre el aumento de admisiones en los hospitales.
Rusia lucha para convencer a una población con escepticismo vacunal para que se inmunice y las encuestas independientes muestran que más de la mitad de los rusos no planean vacunarse.
Bajo una definición más amplia sobre las muertes relacionadas con el coronavirus, la agencia de estadísticas Rostat informó en agosto que Rusia ya contabilizaba más de 350,000 decesos.