La familia salvadoreña Alvarado está de luto. Nunca imaginaron que la única vez que Fátima Guadalupe Alvarado Fuentes, de 21 años, decidió salir a cenar con un compañero de su escuela en el Noroeste de Dallas, Texas, le costaría la vida. Aunque había llegado a Estados Unidos de forma legal, la joven decidió quedarse hace tres años para hacer su vida.
La menor de ocho hermanos, seis que residen en EE. UU. y dos en El Salvador, fue asesinada a tiros junto a los mexicanos Juan Diego Cruz,18 años, y Guadalupe Cruz, 24; y la esposa de este último, Jasmine Borjas Santos, 20 años, en uno de los apartamentos del bloque 3500 de la avenida Villaverde, cerca de los Forest y Marsh, en Northwest Dallas el fin de semana.
Del 1.º de enero al 15 de marzo, ocho personas murieron en Dallas a causa de un arma de fuego y otras seis resultaron heridas. En todo Texas, los fallecidos ascienden a 14 y 31 heridos, según la organización Gun Violence Archive.
El servicio funerario contratado por la familia compartió con ellos que «no existe día que no haya una masacre en Dallas», debido a que «cualquiera puede adquirir un arma». En Texas, desde los 18 años se puede solicitar la licencia de portación. La familia se reunirá el lunes en Texas para la vela y la próxima semana se llevará a cabo la repatriación.
Ana Alvarado, la mayor de los hermanos, comentó a «Diario El Salvador» que el 12 de marzo, la pequeña de la familia culminó su jornada laboral, pero fuera de su rutina diaria de estudiar en W. T. White High School, ir a trabajar y salir con sus sobrinos al gimnasio, comunicó a Evelyn Alvarado, otra de sus hermanas y con quien vivía, que compartiría con un compañero de la escuela. Según los familiares, un vehículo pasó a recogerla. «Mi hermana era de las personas que nunca salía, siempre estaba en casa», dijo la pariente de la víctima, quien destacó lo dedicada que era en sus clases y el esfuerzo que había hecho al llegar a Dallas con solo 18 años. Su primer empleo fue en un restaurante en el área de cocina por no saber hablar inglés. Fue hasta cuando empezó a dominar el idioma, que escaló a mesera y luego a cajera en otro restaurante.
Casi dos horas después de haberse retirado de su vivienda, la joven informó por mensaje a su familia que ya iba de regreso; ese fue el último contacto que tuvieron.
En la mañana se dieron cuenta de que no estaba en su habitación, Evelyn Alvarado llamó de emergencia a Ana. Las hermanas guardaron discreción para no preocupar a su padre José Medardo Alvarado, de 69 años; quien había viajado desde El Salvador para visitar a todos sus hijos durante dos meses. Al no tener ningún contacto con la menor de los Alvarado, finalmente se lo comunicaron y notificaron la desaparición al Departamento de Policía de Dallas. En cuestión de horas, los agentes les llamaron para avisar sobre la tragedia.
El reporte policial indica que respondieron a una llamada de un tiroteo a las 7:10 de la noche y al verificar la zona, encontraron a las cuatro víctimas mortales y un bebé sin lesiones en el apartamento. Con el operativo, las autoridades localizaron a las 9:30 de la noche el vehículo de los implicados en el crimen sobre el bloque 2700 de Northhaven Road y media hora después, arrestaron a Artemio Maldonado, de 18 años, y Azucena Sánchez, de 20 años.
Maldonado y Sánchez fueron llevados a la cárcel del condado de Dallas y cada uno fue acusado de homicidio capital. El reporte no detalla el motivo de los homicidios, pero la policía indicó a Ana que aparentemente se trató de un robo. Medios estadounidenses locales hicieron referencia que entre Juan Diego Cruz y Sánchez existía un conflicto por la custodia de su hijo.
Se desconoce si se trata del bebé que se encontraba en el apartamento.
Asistencia
El consulado general de El Salvador en Texas asistió a la familia e informó sobre servicios funerarios económicos que realizan el proceso de repatriación.
Los restos de Fátima Alvarado serán sepultados la próxima semana en el caserío Los Leones, en Concepción Quezaltepeque, en Chalatenango, donde vive su progenitora Rosa Elvira Fuentes, de 64 años.