Jónathan Larach es ahora uno de los exalumnos de la Escuela de Teología (Harvard Divinity School) donde cursó estudios especializados en el Nuevo Testamento, gracias a una beca que le otorgó la prestigiosa universidad.
«Nací y crecí en una familia cristiana, siempre pasaba en la iglesia los domingos y al escuchar las explicaciones del pastor tuvieron un efecto en mí, y cuando tuve la oportunidad de estudiar historia mezclada con la Biblia, para mí, era la combinación perfecta. Los estudios religiosos me dan esa oportunidad de aprender de la historia humana y también de conectar con la Biblia», explica el joven de 24 años.
Jónathan es el menor de tres hermanos, hijos de una pareja de migueleños que emigró a Estados Unidos en 2002; él llegó a Los Ángeles, California, cuando tenía tres años, y al igual que su segundo hermano, Manuel Larach, se acogieron al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés). Gracias a esto su hermano está por concluir su Doctorado en Química en la Universidad de California Riverside.
El salvadoreño se graduó con honores al cursar la licenciatura en estudios religiosos en la Universidad de California, en Santa Bárbara, en 2021; continuó su preparación en la Escuela de Teología de Harvard, y en agosto comenzará su doctorado en la Universidad de Carolina del Norte Chapel Hill para continuar estudiando el Nuevo Testamento gracias a una beca.
«Gracias a Dios entro como un trabajador de la escuela, voy a ser estudiante, pero también voy a ayudar a los profesores. Tengo una beca y el primer año y el último año no tengo que ayudar, solo será estudiar», señala.
Para los jóvenes soñadores o «dreamers», obtener un título universitario requiere de mucho esfuerzo, ya que no tienen acceso a becas para estudiar o apoyo federal. Según cifras oficiales.
«Desafortunadamente ser cristiano y ser latino en Estados Unidos no es fácil, no hay muchas oportunidades para los estudiantes indocumentados, pero en todo esto Dios ha sido mi sostén, con el apoyo de la familia, el saber que siempre vamos a estar unidos», explica.
Para Jónathan, independientemente de si una persona se encuentra en Estados Unidos o en El Salvador, puede cumplir sus sueños para salir adelante mediante la educación.
«Lo primero es que confíen en Dios. Los planes que Dios tiene para uno son grandísimos, cuando entré en Santa Bárbara no me veía en Harvard, pero Dios sí ya me había visto en Harvard, y así muchos estudiantes latinos, muchas personas que su educación lo ven como algo lejos, como ir a la luna, pero para Dios no hay nada imposible», finalizó el joven.