César Alberto Gutiérrez (nombre cambiado por el trauma de su enfermedad), de 43 años, no recupera sus fuerzas aún después de 21 días de haber recibido el alta de su estancia de dos meses por la COVID-19 en un hospital de Texas, en Estados Unidos.
La ayuda de sus familiares y unos pocos ahorros que tenía son los únicos que lo han sacado adelante junto a su esposa, de 37 años, y sus hijos de dos, siete, 11 y 16 años.
El salvadoreño es beneficiario del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés), mientras que su esposa e hijos ingresaron al territorio estadounidense en julio de 2020, a través del programa de Permisos Humanitarios para Menores Centroamericanos (CAM, por sus siglas en inglés) que fue cancelado por Donald Trump en noviembre 2017, pero la reactivación de la jueza federal Laurel Beeler, en 2019, permitió que los más de 2,700 casos procesados continuaran con la reunificación familiar. Entre ellos, los de esta familia.
«Ya estaba sin trabajo por la pandemia y me avisaron de la buena noticia, me alegré y empecé a dar vueltas por ellos», recordó Gutiérez sobre un 22 de julio de 2020.
La crisis por la pandemia ya la sufrió en carne propia. Fue el único de su familia que se contagió de la COVID-19.
La tos, fiebre y los malestares comenzaron en febrero estando en su vivienda en Texas. Su hermana, quien es enfermera, colocó el oxímetro en su dedo para conocer el estado de respiración y se dio cuenta que estaba mal. Una ambulancia lo trasladó hasta el centro médico, donde luchó por su propia vida, mientras también pensaba en cómo sacar adelante a sus pequeños, pagar la renta, proveer la alimentación y darles seguridad.
La rutina para su esposa se transformó de actividades domésticas a visitas diarias al hospital en un recorrido de media hora en vehículo.
Gutiérrez permaneció durante un mes en la sala de pacientes graves; sin embargo, sus pulmones dejaron de funcionar y fue intubado en la unidad de cuidados intensivos (uci).
Ese último mes no lo recuerda, solo en voz de su esposa.
Los médicos comunicaron a la familia salvadoreña que Gutiérrez se expuso más al virus porque sus pulmones ya estaban dañados de una infección anterior, eso ponía en riesgo su lenta recuperación.
Tras recibir plasma y por «milagro de Dios» volvió prácticamente a la vida.
«Estoy agradecido con Dios, porque solo Él me pudo ayudar. Según lo que mi esposa me cuenta, los doctores y enfermeras ya no podían hacer nada, más que tenerme con oxígeno, fue como un milagro porque me recuperé de un día para otro», cuenta Gutiérrez al recordar ese crítico momento.
El salvadoreño aún se encuentra en su casa recuperando fuerzas y tomando medicamentos para el corazón. Después de esa experiencia en el hospital, recuerda a tres de sus hijos el cuidado de las medidas de bioseguridad mientras asisten a la escuela.
Un proceso largo, pero seguro para volver a ver a su familia
Gutiérrez, originario de San Miguel, emigró a Estados Unidos en 1999 en busca de nuevas oportunidades. En 2001 logró ampararse con el TPS, ese permiso de trabajo permitió desempeñarse como cocinero en Nueva York.
En 2014, el presidente Barack Obama anunció la creación del CAM como respuesta ante la oleada de niños no acompañados que arriesgaban sus vidas por el cruce irregular en las fronteras.
Este nuevo proyecto, que unificó a 5,000 menores con sus familias, permitió que Gutiérrez se reuniera con toda su familia en el 2020, con la preparación de entrevistas para que su esposa y cuatro hijos llegaran a Estados Unidos como refugiados.
Sus esperanzas casi se agotan cuando en 2017 el presidente Donald Trump anunció la anulación del proyecto. Si no hubiera sido por la intervención de la jueza, su sueño de reencontrarse no se hubiera convertido en realidad. El proceso les tomó cuatro años. Fue un proceso largo y costoso, pero finalmente pudo abrazar a todos.
El presidente Joe Biden anunció la reactivación del CAM a partir del 10 de marzo, donde menores elegibles de El Salvador, Guatemala y Honduras, menores de 21 años pueden volver con sus padres, quienes cuenten con un estatus legal en Estados Unidos.