Familiares y amistades acompañaron las carrozas fúnebres que trasladaron los cuerpos de los hermanos Carranza, originarios de San Alejo, en La Unión.
Los jóvenes fallecieron el pasado 4 de enero a causa de una intoxicación con monóxido de carbono en Maryland, Estados Unidos.
Las víctimas, identificadas como Carlos Ramón y Luis Eduardo, fueron repatriadas con apoyo del consulado de El Salvador en Washington y del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador.
De acuerdo con la información proporcionada por los familiares, ambos hombres se encontraban descansando en su casa de habitación, y debido a los cortes de energía eléctrica introdujeron a la habitación una planta generadora, la cual emana el producto químico tóxico que les causó la muerte a los jóvenes de 27 y 29 años.
«A causa de la nieve, cuando no tenemos electricidad, recurrimos a ver qué metemos para tener energía, y ellos metieron el aparato menos indicado y murieron en cuestión de horas. El amigo se logró salvar porque había dejado abierta una ventana y entraba aire natural», comentó Nelson Herrera, familiar de las víctimas.
Ambos tenían cuatro años de haber emigrado a Estados Unidos con la intención de salir adelante, por lo que al llegar a ese país llevaron a cabo trabajos de poda de grama, pero recientemente habían comenzado a emprender en la producción de pan, el cual era demandado por la comunidad salvadoreña.
Su sueño era legalizar su propia panadería en Estados Unidos y surtir con el producto nostálgico a las tiendas latinas.