Más que tres puntos, en la Liga Nacional de Fútbol (LNF) lo que se pone en juego sobre el engramillado es el orgullo departamental, el orgullo local, y si se tiene como ingrediente extra el invicto y liderato, el balón se pelea como pan caliente, y el espectáculo no sobra, pero tampoco falta. Eso y más ofrecieron los Alacranes y San Salvador ayer en un litigio parejo que finalmente terminó decantándose en favor de los visitantes 2-3.
Chalatecos y capitalinos sabían de antemano que San Miguel pinchó en casa al empatar con Ahuachpán y ese aliciente les empujó aun más a desbocarse por el triunfo sobre la grama del estadio Gregorio Martínez, que no dejó de deteriorarse ante un torrencial aguacero, pero que permitió que el encuentro se celebrara.
Fueron los anfitriones, que apoyados por un grupo de hinchas, llevaron la iniciativa en ofensiva, y como premio de agradecimiento al respaldo les pusieron a celebrar en apenas cinco minutos. Eso marcaba el cronómetro cuando José Pineda aprovechó un centro desde el corredor izquierdo para descorchar el marcador y poner arriba a los morados.
El tanto local inyectó no solo ánimos a la afición congregada en las gradas, sino que los Alacranes destilaron su veneno en busca del segundo, pero se arropó bien atrás la visita y luego aprovechó la magia del botín derecho del experimentado, Cristian Olivera, para sacudir las redes del meta Steven Tobías y poner el 1-1.
El golazo del uruguayo, de tiro libre, llegó antes del cuarto de hora y se convirtió en un pellizco para los alacranes que se alborotaron y buscaron de todas las formas causar daño, pero les faltó puntería y aparte encontraron bien parado al portero, Nicolás Pacheco, por lo que no consiguieron irse en ventaja a la pausa.
En la vuelta a las acciones, al 47′, Juan Sánchez aprovechó un balón filtrado para el 1-2 y, luego, al 75′, agradeció una asistencia del meta anfitrión para el 1-3 y consumar su doblete. Al 85′, Jhoan Quejada hizo el 2-3 de penalti, pero no hubo tiempo para más.