Si no existiese «Diario El Salvador», muchos no tendríamos cómo informarnos o nos veríamos obligados a leer medios tendenciosos y sesgados, los cuales, obviando la ética y la decencia, aprovechan cualquier oportunidad para difundir noticias falsas en contra de quienes, según ellos, amenazan sus intereses. Estaríamos aún, como estuvimos en el pasado, expuestos a una sola y parcializada visión de los hechos, pues aquellos eran tiempos cuando no había más, no había de dónde escoger. Era imposible que la sociedad pudiese disponer de contenidos veraces y sustanciosos si en los escaparates del quehacer periodístico solo encontraba basura.
Y es que previo a la aparición de este diario la información aquí era monopolio de unos pocos, razón por la cual podían manipularla y tergiversarla a su antojo y a favor tanto del poder político como del económico, los cuales eran sus amos y financistas. Aunque, a decir verdad, todavía mienten y manejan maliciosamente las noticias, pero ya no causan en la opinión pública el mismo efecto que antes.
Aquí, en el país, y por muchos años, esos medios procuraron la permanencia en el poder de gobiernos corruptos, pues era así como obtenían beneficios y cierto grado de impunidad. Por eso cuando estos por fin cayeron no les hizo mucha gracia y ahora atacan a quien consideran responsable de esas debacles.
Lo positivo es que cuando «Diario El Salvador» comenzó a circular la gente pudo comparar y darse cuenta de que la verdad que los otros medios le mostraban no era absoluta, que era debatible y, además, que no era propiedad de nadie.
Este periódico sirve a la sociedad como un cortafuegos para contrarrestar las malintencionadas noticias de los medios opositores, y evitar, de esa manera, que afecten los esfuerzos que el país hace en su proceso de trasformación. Sin embargo, en eso también son importantes las redes sociales, pues es en estas que desde un dispositivo conectado a la red (teléfono móvil o computadora) se puede acceder a las páginas de esas fuentes y refutar cualquier información que a uno le parezca falsa, parcial o errónea.
LA TENDENCIA A AUTOVICTIMIZARSE
Esos medios que antes se creían dueños de la verdad, pero que por su periodismo poco profesional ahora se encuentran en plena decadencia, están recurriendo a victimizarse, pues de esa manera algunos de ellos consiguen dinero apelando a la solidaridad de entidades conmovidas por una supuesta persecución, algo que está muy lejos de la realidad, pues lo único que a estos se les pide es no mentir y no inventar falsas historias con el fin de recuperar aquella posición privilegiada que les traía beneficios a cambio de dañar la imagen y la reputación de demás.
UN PERIÓDICO QUE SOLO ES APARIENCIA
Hay un periódico de tendencia izquierdista que, al parecer, es manejado por una cooperativa formada por sus trabajadores, el cual al principio daba esperanzas de que podía ser ético e imparcial; sin embargo, su misma tendencia y cercanía con el FMLN provocó que este callara el mal gobierno y los actos de corrupción de ese partido. Ahora, para colmos y movido por la conveniencia, lo vemos alineado a la derecha, siguiendo su mismo discurso y atacando de manera constante a la actual administración.