La seguridad alimentaria es una de las condiciones esenciales para garantizar el bienestar y progreso de una población. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación define la seguridad alimentaria como: «Cuando todas las personas en todo momento tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana».
En el mundo, un 11.3 % de la población se encuentra en riesgo de sufrir inseguridad alimentaria, con variaciones grandes entre los países: naciones de ingresos altos tienen 1.6 % de inseguridad alimentaria, naciones de ingresos bajos tienen un 28 %. En El Salvador un 14 % de la población enfrenta moderada a severa inseguridad alimentaria. De acuerdo con el Global Food Security Index, un ranking de 113 países producido y publicado anualmente por «The Economist», el país con mayor seguridad alimentaria del mundo es Finlandia (puntaje 83.7 sobre 100); El Salvador, mientras tanto, se coloca en el lugar 56 con un puntaje de 64.2.
El ranking destaca que El Salvador obtiene puntajes altos en disponibilidad de alimentos, puntajes intermedios en poder adquisitivo y calidad e inocuidad y un puntaje bajo en sostenibilidad y adaptación, lo que indica que uno de los mayores retos del país está en asegurar la disponibilidad de alimentos en el tiempo y adaptarse en un uso apropiado de los recursos naturales.
Garantizar la seguridad alimentaria no solo consiste en producir alimentos, es un fenómeno más complejo que tiene cuatro dimensiones: (1) La disponibilidad física, que se refiere al suministro de alimentos, y se logra a través de la producción agropecuaria interna, las reservas de alimentos y la balanza comercial —importación y exportación—. (2) El acceso económico y físico a los alimentos, el primero se logra a través de garantizar los ingresos necesarios para poder adquirir los alimentos a los precios actuales (o bien, que los precios sean accesibles para los salarios dados); esto se asocia con incrementar los ingresos, controlar la inflación y lograr un balance adecuado entre oferta y demanda. El acceso físico se refiere a que los alimentos se encuentren disponibles en los mercados cercanos, algo relacionado con movilidad, carreteras, infraestructura, seguridad y toda la logística que permita el comercio. (3) Consumo y utilización biológica de los alimentos, referido al uso que el cuerpo hace de los nutrientes obtenidos a través de aquellos; esto incluye buenas prácticas de preparación, distribución y diversidad de alimentos. También considera la inocuidad y la higiene de los hogares, incluyendo insumos no alimentarios como agua potable, sanidad y otros servicios que permiten satisfacer las necesidades fisiológicas de un individuo, pues el estado de salud de las personas determina el aprovechamiento de los nutrientes ingeridos. (4) La cuarta dimensión es la estabilidad en el tiempo de las tres dimensiones anteriores, que garantiza el acceso constante en el tiempo y se ve afectada por condiciones climáticas extremas, factores económicos, conflictos e inestabilidad política.
Como el lector puede ver, la seguridad alimentaria no solo es tener algo que comer, sino también el que sea de buena calidad, que promueva nuestra salud, que podamos acceder a esos alimentos y que tengamos la confianza de tenerlos en el futuro.
Lograr la seguridad alimentaria es una tarea compleja con diversos componentes. Es una responsabilidad compartida entre distintos sectores de la sociedad, donde, principalmente, el Gobierno es el encargado de establecer políticas, regulaciones y programas para garantizar el acceso a la alimentación, especialmente para aquellos en mayor riesgo.