Las jornadas de trabajo desarrolladas por socorristas de diferentes instituciones van más allá de solamente brindar atención a las víctimas en emergencias médicas o accidentes de tránsito, pues también son requeridos por la Fiscalía, la Policía o Medicina Legal para recuperar cadáveres de ríos, lagos y terrenos de difícil acceso, a los que únicamente ellos pueden llegar.
El 12 de agosto de este año, el equipo de socorristas de Cruz Verde Salvadoreña seccional Aguilares tuvo una jornada de trabajo como pocas veces suele tener, pues en un día recuperó cuatro cadáveres en estado de descomposición localizados en diferentes puntos de los municipios de El Paisnal y Guazapa, al norte de la capital.
En un mensaje publicado en redes sociales, la institución dejó entrever cómo estuvo ese día: «¡Hoy fue un día muy agotador!», dio a conocer al tiempo que detalló los riesgos a los que se exponen ante la posibilidad de contagiarse de algún virus o bacteria por el estado de los cadáveres.
«Diario El Salvador» conversó con los representantes de tres instituciones de socorro que hablaron sobre este tipo de emergencias que atienden a diario y para las cuales van preparados.
«Los riesgos a los que nos exponemos son complicados y tienen que ver, principalmente, con la descomposición de los cadáveres. Además del tema de la COVID-19, no se sabe el historial de la persona, de qué murió; si bien a veces con evidentes señales de violencia, pero no se sabe si cuando la asesinaron estaba padeciendo la COVID-19», comentó el vocero de Cruz Verde de Aguilares, Atilio Urías.
Urías detalló que para desarrollar esta labor en particular toman en cuenta todas las recomendaciones de bioseguridad, como usar trajes especiales para cubrir la piel, los guantes, las mascarillas.
«En muchas ocasiones se salen los fluidos porque las bolsas –donde son llevados los cuerpos– se rompen y eso cae en nuestro cuerpo; el principal riesgo que los médicos nos han hecho ver es lo que hay en el ambiente, es decir, un virus que pueda ir a parar a nuestros pulmones y genere algún padecimiento grave», comentó Urías.
A criterio del vocero de Comandos de Salvamento Carlos Fuentes, también se corren otros riesgos cuando se recuperan cuerpos en sitios de alto riesgo.
«Nos toca meternos a ríos para sacar los cuerpos. Podemos llegar a sufrir algún tipo de accidente cuando estamos realizando un rescate de tipo vertical», comentó.
Fuentes explicó que al momento de recuperar cadáveres tienen que estar pendientes de que el proceso se desarrolle sin ningún problema que ponga en riesgo la vida de los socorristas; por ejemplo, ver que los trajes de bioseguridad no se rompan al momento de maniobrar en los riscos.
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Por su parte, el jefe del centro de operaciones de Cruz Roja Salvadoreña, Jaime Martínez, explicó que las recuperaciones de cuerpos pueden efectuarse en tres tipos de escenarios: en ríos, en lagos con equipos de buceo y en terrenos accidentados.
Dijo que si bien existe un riesgo para el personal, este es mínimo. «El riesgo en sí es mínimo, si tomamos en cuenta los ambientes que acabo de mencionar, las bacterias y los microorganismos en un cuerpo lo más que duran son dos días», explicó.
Agregó: «El riesgo es mínimo porque cuando es un cadáver baja la temperatura y las bacterias y los virus ahí terminan, y para haber contagio debería de ser contacto directo o por medio de un vector».
Martínez detalló: «Si los microorganismos ya están desaparecidos de un cadáver, mucho menos se va a infectar un socorrista o la persona que hace un rescate. Si se revisa la literatura sobre el manejo de cadáveres, siempre lo ponen como riesgo mínimo».
El experto mencionó que para desarrollar estas tareas es necesario cumplir con los protocolos de bioseguridad antes, durante y después de una recuperación de cadáveres. En este punto comentó que hay dos situaciones que los socorristas tienen que considerar.
«Están los procedimientos y los protocolos. Ellos en su formación, a parte de su instrucción técnica, tienen el componente de bioseguridad. En ese sentido, aplican medidas de bioseguridad y las hacen más amplias según el contexto donde se hace la recuperación», dijo.
Trajes quedan con olor fétido
Urías, por su parte, explicó que la ropa del personal de Cruz Verde queda con alto grado de contaminación después de una recuperación, el olor fétido de la putrefacción de un cadáver queda en los trajes.
Cuando una recuperación se desarrolla en una quebrada, los trajes quedan contaminados. Estas emergencias son comunes en los ríos Las Cañas, Tomayate y Acelhuate. Sobre este último, un estudio de 2005 hecho por el Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET) determinó que por el grado de contaminación «es una amenaza para los pobladores que tienen contacto con sus aguas».
Para las instituciones de socorro es obligación que el personal se desinfecte, al igual que los equipos utilizados y las ambulancias. No obstante, Urías dijo que, pese a los riesgos, queda la satisfacción de haber ayudado a una familia que busca desesperadamente recuperar el cuerpo de su familiar.
«A pesar de los riesgos, lo hacemos porque hay familias que buscan esos cuerpos; hay desilusión cuando aparecen sin cabeza, desnudos y no hay rasgos para que los identifiquen, sobre todo cuando ya están inflados», mencionó.
El aspecto psicológico es un componente importante para la salud mental de los socorristas que participan en estas actividades, pues algunas escenas son impactantes, comentó Jaime Martínez.
«Quiérase o no las escenas son muy impactantes y si la gente no lo exterioriza se va quedando, y en un momento se pueden convertir en miedo o temores», aseguró.
Martínez enfatizó: «Lo hacemos bajo el proyecto de charlas de salud mental y apoyo psicosocial. Por ejemplo, cuando comenzamos con lo de la COVID-19 se les dijeron los riesgos y cómo vamos a trabajar».
Protocolo para la recuperación de cuerpos
1. Ubicar el ambiente donde se llevará a cabo la extracción del cuerpo: río, lago, terreno.
2. Colocar equipo de protección: trajes de bioseguridad nivel 3, guantes, caretas y doble mascarilla.
3. Verificar las cuerdas para asegurar las canastas o camillas donde colocarán el cadáver. Pueden soportar hasta 3,000 libras.
4. Si la recuperación se hace en un lago, los socorristas utilizan trajes de buceo, ya que pueden sumergirse hasta 50 metros.
5. El cuerpo es llevado por cuatro personas hasta una zona donde Fiscalía y Medicina Legal hacen el reconocimiento.
6. Los restos son colocados en bolsas plásticas y luego retirados en vehículos de Medicina Legal.
Protocolo para la desinfección de socorristas
1. Al retornar a la base central, las ambulancias deben ser desinfectadas con amonio cuaternario.
2. Los trajes, los guantes y las mascarillas son desechados y colocados en bolsas plásticas rojas, que simbolizan material bioinfeccioso.
3. Las herramientas utilizadas por socorristas son descontaminadas con solución de jabón de alto nivel.
4. Cada socorrista debe bañarse después de que atendió la emergencia.