El Salvador ha sido impactado por varias crisis económicas internacionales en las últimas dos décadas, dos de las más grandes acontecidas durante la administración del presidente Nayib Bukele: en 2020 y 2021 la pandemia por COVID-19, y en 2022 la crisis inflacionaria, de contenedores y la amenaza de recesión en EE. UU..
En estos escenarios, las acciones del Gobierno han tenido un efecto positivo y la solidez de la banca nacional ha representado un pilar importante, según el titular de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), Mario Menéndez.
«Si bien es cierto la crisis económica mundial generada por conflictos internacionales y la inflación mundial está impactando la economía de los países de todo el mundo, nuestro sistema financiero ha demostrado su solidez ante las diversas crisis económicas como la de 2008 y la generada por la pandemia», señaló Menéndez.
En la pandemia, el sector financiero se mantuvo activo durante el período de confinamiento, sostenido en gran parte por el hábito del ahorro en la población. De acuerdo al superintendente, la población confió más en el sector bancario y se registró un crecimiento continuo en los depósitos y evolución de los montos de las cuentas de ahorro.
Asimismo, el buen manejo de la salud -incluida la vacunación anticovid-y las medidas para estabilizar el sistema financiero contribuyeron a que las entidades bancarias pudieran resistir y recuperarse de las dificultades e interrupciones en la producción.
«Lejos de ese escenario que nos dejó la crisis del 2008, los bancos en El Salvador han afrontado los efectos de la pandemia por COVID-19 con adecuados ratios de capital y liquidez», apuntó.
Por otra parte, el funcionario destacó que con la reducción de los requerimientos de liquidez, los bancos han contado con mayor disponibilidad de efectivo para apoyar la reactivación económica, y les ha permitido acomodar sus obligaciones crediticias de corto, mediano y largo plazo con un efecto positivo.
Frente a la nueva crisis derivada por la guerra en Europa del Este y la inflación, los indicadores financieros al 20 de junio como los montos de las cuentas de ahorro mostraron un incremento interanual de $563.8 millones, y los préstamos con un aumento de $1,280.8 millones en la comparación punto a punto. «Esto es clave para impulsar el desarrollo productivo del país», dijo Menéndez.
Además, la SSF destaca que las iniciativas impulsadas por el mandatario salvadoreño para disminuir el impacto de la crisis, como la regulación del comercio de alimentos y sus precios, apoyo a los consumidores y hogares vulnerables, y soporte a agricultores para lograr seguridad alimentaria, están contribuyendo a mantener con buena salud la economía, donde el sistema bancario es un pilar resiliente y un actor intermediario financiero.
«Por nuestra parte, como Superintendencia del Sistema Financiero, hemos establecido un diálogo permanente con el sector bancario, a fin de incentivar el desarrollo de productos financieros que impulsen el ahorro y beneficien a la población usuaria», manifestó.
Por otro lado, el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Douglas Rodríguez, afirmó recientemente que el riesgo de recesión económica en el país está definitivamente «descartado» puesto que no hay ningún indicador de una caída significativa.