El Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA), en conjunto con la Dirección Nacional de Casas de la Cultura y Parques Culturales, imparte dos talleres de telar de cintura de Panchimalco con el fin de preservar el oficio ancestral.
“La evidencia arqueológica nos demuestra que la técnica del telar de cintura se practicaba en nuestro territorio desde hace más de dos mil años. En diferentes sitios hemos encontrado unos objetos llamados malacates, que son pequeños discos de arcilla que eran parte del ensamble de un huso que servía para hilar el algodón”, indicó la arqueóloga Claudia Alfaro, de la Unidad de Investigaciones y Curaduría del MUNA.
Además, aparece documentada en códices y crónicas mesoamericanas del periodo prehispánico, lo que también evidencia que entre los oficios más importantes estaba la elaboración de textiles con esta técnica y esa es una de las razones del museo para promoverla.
“Una de nuestras prioridades es promover y contribuir con la valorización y protección de nuestro patrimonio cultural material e inmaterial por medio de la enseñanza de la técnica de tejido en telar de cintura. Esto permite a los salvadoreños acercarse al patrimonio y ser partícipes de su preservación”, indicó el director del MUNA, Danilo Villalta.
Las clases en el museo iniciaron el pasado 10 de diciembre, con más de una docena de entusiastas mujeres que aprenderán la técnica durante diez jornadas sabatinas —hasta febrero de 2023—, en horario matutino y vespertino, de la mano de un maestro.
El taller es impartido por el joven Ronald Vega, heredero de tres generaciones de mujeres que conservaron el oficio. Su bisabuela, María Cleófes Rivera, nacida en el siglo XIX y fallecida en 1986, de quien se tiene registro fotográfico, era considerada como guardiana del telar de cintura de Panchimalco.
“Esta técnica ha venido de generación en generación solo por mujeres, siendo la excepción en esta generación que yo la aprendí. La técnica está desapareciendo, debe haber alguien que lo rescate. Yo no me fijé que era exclusivo de mujeres, me fijé en el rescate, en mantener esto que es de Panchimalco”, compartió el maestro en la clase introductoria.
Vega aprendió desde muy pequeño a tejer observando a su mamá, Carmen Vega. “Ella no me dijo sentate te voy a enseñar. Yo lo aprendí observándola, ayudándola a ella en sus oficios varios, en la vida cotidiana, no es que ella me haya exigido”.
“Cuando tenía 12 años me daba temor mostrarme, pensaba en qué iban a decir que un hombre estaba trabajando en algo que era de mujer, pero me lancé. Me costó bastante y me dí a conocer dando talleres en las comunidades rurales de Panchimalco y, ahora, estoy asistiendo a una clase de la Tecnología del Producto III de la carrera de Diseño y Producción Artesanal de la Universidad José Matías Delgado”, agregó.
En sus primeras clases, el maestro Vega enseñó sobre las técnicas para elaborar los tejidos, tipos de tejidos e hilos que se utilizan, así como las herramientas del telar de cintura: empitadores (piezas de madera con ranura en las puntas), corazones, fillotes, aguja y carrizo (varas de bambú), susupaste (pieza de madera en forma de corvo) y cincha para sujetar el telar.
Asimismo, compartió sobre el tipo de tejidos y sus usos: el “paño pancho” de colores tiene un fondo rojo y era usado por las mujeres solteras, mientras que el de fondo negro era usado por las casadas y también para acompañar a los difuntos, fueran hombres o mujeres. Esta tradición aún se conserva en algunas de las familias de Panchimalco, según el artesano.
Otro de los textiles tradicionales es el de la “nagüilla” (tejido para falda), que se hace con hilo de cono de algodón y únicamente en colores rojo y negro; el otro es el de la “manta pancho”, que se usa para acompañar a los difuntos o como regalo de bodas, y se hace técnica del pepenado.
Como promoción de la técnica ancestral, los talleres de telar de cintura también se imparten en la Casa de la Cultura de Panchimalco, que cuenta entre su personal fijo a la tejedora Claudia Vega, quien también es descendiente de María Cleófes Rivera y tía de Ronald Vega.
“El taller de telar de cintura tiene como objetivo transmitir la técnica a las nuevas generaciones para contribuir a su preservación. Es un instrumento utilizado para confeccionar diversos tipos de tela. Dicho telar se encuentra presente en casi todos los pueblos indígenas de México, Guatemala y en El Salvador únicamente en Panchimalco”, dijo el director de Casas de la Cultura, Carlos León.
Las clases en la Casa de la Cultura de Panchimalco se imparten de martes a sábado, en diferentes horarios. Los interesados pueden llamar al 2280-8767.
En el municipio quedan pocas tejedoras dedicadas por completo a este oficio, es decir, que sobreviven íntegramente de tejer. Según el maestro Vega, su mamá y sus tías Elena, Claudia, Catalina son las únicas de la localidad que trabajan “de lleno en eso y que viven del telar de cintura”. En ese sentido, la familia Vega se ha convertido en salvaguardia de esta labor artesanal.
Aunque la mayoría de los tejidos tradicionales ya no se utilizan en la vida cotidiana, su uso aún se conserva en las danzas tradicionales, cofradías y en rituales de las fiestas religiosas como la Semana Santa o la famosa Fiesta de las Flores y las Palmas. La técnica del telar de cintura se usa, además, para elaborar diseños de ropa, carteras y accesorios modernos.