La tasa de mortalidad por la COVID-19 ha llegado al 68.6 en Guatemala, y es el país de América Central con más muertes por la pandemia, seguido de Honduras. El Consejo de Ministros del país se reunió ayer para evaluar un nuevo estado de calamidad para controlar el avance de casos del virus, que tiene al sistema sanitario al límite.
El lunes 13 de agosto el Congreso improbó el estado de calamidad que había impuesto una semana antes el Gobierno de Alejandro Giammattei. Los diputados defienden que el Ejecutivo ha fracasado en el manejo de la pandemia y que un toque de queda de las 10 de la noche a las 4 de la madrugada solo se creaba la ilusión de hacer algo para contener la pandemia. Sin embargo, los legisladores afirman que el Ejecutivo no ha podido hacer avanzar el plan nacional de vacunación, la única salida real al coronavirus.
Ayer, el Congreso envió una carta al presidente Giammattei en la que solicitan considerar para el estado de calamidad que está sobre la mesa en el Consejo de Ministros imponer el toque de queda nacional a partir de las 6 de la tarde. Esto tomando en consideración una carta enviada por un conglomerado de médicos, quienes solicitaban medidas más rigurosas contra la COVID-19.
Desde ayer diferentes bancadas del Congreso guatemalteco comenzaron a reaccionar en redes sociales, al afirmar que volverán a negarse al estado de calamidad, que ya fue rechazado una vez con 103 votos.
El jefe de la bancada Unidad Nacional de la Esperanza, Carlos Barreda, expuso que el grupo de médicos ha relatado «un escenario grave de contagios» en el país.
El principal hospital de campaña de la nación, el Parque de la Industria, ubicado en Ciudad de Guatemala, anunció este miércoles que no atenderá a nuevos pacientes de la COVID-19 porque ha llegado al límite de su capacidad. En redes también hubo denuncias de escasez de medicamentos y en diferentes videos personas con la enfermedad denunciaron que llegaron al centro buscando atención médica urgente pero no fueron atendidos.