«Taylor Swift necesita descansar, francamente», asegura Andrew Mall, etnomusicólogo de la Universidad Northeastern.
Es una recomendación razonable si se considera lo que ha logrado la megaestrella, que el viernes cumple 35 años, y que ha publicado nueve álbumes en cinco años, además de una película de concierto.
La odisea mundial de la gira que acaba de organizar es un hito sin comparación alguna: 149 conciertos por todo el mundo de más de tres horas de duración cada uno.
Las entradas para la gira Eras se vendieron a precios a veces desorbitados y atrajeron a millones de fans, mientras muchos más que no consiguieron entrar estaban dispuestos simplemente a cantar con ella desde el estacionamiento.
«Creo que no puede superarlo de inmediato», dice Mall a la AFP. «No hay forma de que se dé la vuelta y lance algo que tenga un impacto cultural y económico tan grande».
Para Kristin Lieb, experta en pop, género y marcas del Emerson College, la pregunta de qué será lo próximo ni siquiera es especialmente justa.
«En el momento en que terminas una maratón, o ganas las Series Mundiales, o alguien consigue la titularidad, la primera pregunta es: ¿qué vas a hacer después?».
«Empiezo a entenderlo como una verdadera enfermedad cultural», explica Lieb.
«Depende de ella»
Pero en una industria que busca constantemente lo que es joven, nuevo o fresco, el «qué viene después» siempre está presente.
Los «swifties» siguen esperando más álbumes «Taylor’s Version»: desde 2021 Swift ha estado cumpliendo su promesa de regrabar sus seis primeros discos de estudio en un intento de poseer los derechos sobre ellos.
Le quedan dos, «Reputation» y «Taylor Swift».
A Swift también le esperan los Grammy, a principios de febrero, con seis nominaciones, tres de ellas en las categorías más prestigiosas, por su último álbum de estudio, «The Tortured Poets Department», el quinto desde 2019.
En la gala del año pasado aprovechó su discurso al recibir el premio para anunciar ese nuevo álbum, otro as bajo la manga que, de repetirlo, sin duda deleitaría a sus fans.
Pero mirando más allá del «ué viene después» quizá haya una pregunta más amplia: ¿cómo define un artista el éxito cuando ya es un fenómeno cultural, inundado de riqueza y fama?
«La buena noticia para ella es que es, literalmente, la mayor estrella del mundo, así que en este momento depende completamente de ella», explica Lieb.
Hace años se anunció que había escrito un guión original y que debutaría como directora de largometrajes con Searchlight Pictures, así que quizá ahora tenga la vista puesta en los Óscar.
Todo es posible en el universo Swift.