En los últimos años, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se ha vuelto tema de debate donde muchos, incluyendo adultos, han terminado reconociendo que ciertos comportamientos se deben a este trastorno.
«El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por signos mantenidos de dificultad para poner atención, mantenerse en constante movimiento o conductas impulsivas. Su aparición es durante la primera infancia», explicó el neurólogo pediatra Ronald Argueta.
El especialista detalló que existen tres variantes. La primera se caracteriza por la inatención, la segunda por la hiperactividad e impulsividad, la tercera es mixta y junta signos de las primeras dos.
Ante la pregunta ¿por qué se padece de TDAH?, Argueta aseguró que es origen es genético (heredado) y existen circunstancias epigenéticas y ambientales que pueden empeorar los signos o disminuirlos.
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) existen criterios definidos que se encuentran recopilados en su manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) para identificar si se sufre el trastorno.
«Para padecer de TDAH exponen que debería presentar signos en torno a la hiperactividad, dificultad en el desempeño escolar, en el rendimiento académico, en la conducta en sus diferentes escenarios. También describe conductas impulsivas, desafiantes, agresivas, entre otros», explicó el profesional.
Agregó que, según los criterios del manual DSM-V, este trastorno se puede identificar cerca de los 12 años, ya que a esa edad se presentan muchísimas dificultades. No obstante, hay casos que a los 3 años de edad se pueden identificar.
Al ser diagnosticados con TDAH, algunas de las dificultades o compartimientos se pueden reducir a través de un abordaje multimodal e integral para estructurar mejor los procesos conductuales y de aprendizaje.
«El TDAH es un trastorno, no es una enfermedad. Es una variante dentro del enfoque de neurodiversidad actual. En la actualidad, lejos de verse como algo negativo, podemos apreciar cómo muchas personas con estas dificultades tienen otros talentos y otros procesamientos distintos a los típicos que en todo caso se muestran como herramientas positivas para su vida diaria», acentuó el especialista.
Para tratar el trastorno no siempre usan medicamentos, pero en algunos casos puede recurrirse a estos. Argueta detalló que cuando se habla de medicación existen muchos mitos y miedos, pero son totalmente infundados, porque «no todos los pacientes con TDAH requieren medicamentos, pero los que lo requieren encuentran mucha mejoría al recibirlos».
En el caso de que en el hogar se haya identificado un niño con TADH, es importante que la familia sea un apoyo para ellos ya que su núcleo familiar es el verdadero motor de la transformación.
«El equipo multimodal inicia en la familia [los padres y familiares que conviven]. Ellos son el alma del equipo multimodal porque son parte del entorno. El neurólogo pediatra o paidopsiquiatra, los terapeutas y los profesores también deben engranarse dentro de un proceso terapéutico integral que busca la superación de las dificultades del aprendizaje y conductuales de los niños con signos de TDAH. Es un proceso largo, pero muy noble que da resultados en consonancia a la dedicación y esfuerzo de los padres y madres», dijo.
De acuerdo con el neurólogo pediatra, el TDAH no es prevenible por el hecho de ser genético, pero hay estudios que describen significativas diferencias en niños de madres que tuvieron un abordaje nutricional preconcepcional y prenatal, respecto al que no lo tuvo.
«Esto tiene mucho sentido dado que la formación del sistema nervioso en el humano es absolutamente vulnerable a los estímulos del ambiente, es lo que llamamos epigenética. La falta de ingesta de omega 3 y triptófano previo a la concepción y el mantenimiento del omega 3 durante el embarazo y los primeros 7 años de vida han mostrado ser determinantes con las capacidades cerebrales en los niños. Cabe aclarar que no es cualquier omega 3, sino el rico o con altos contenidos de Ácido Docohexacoico (DHA)».
En cuanto a lo nutricional se puede reducir cuando se tiene una dieta libre de carbohidratos ultra procesados y se aumenta la ingesta elevada de atún y sardina fresca. Además, se debe contar con hábitos adecuados de sueño. «Durante el embarazo se debe evitar el cigarro, alcohol y drogas. Posterior al nacimiento mantener al niño con una dieta igual sin carbohidratos ultraprocesados. Junto al complemento nutricional está una convivencia familiar humanizada, llena de estímulos. Lo anterior hace que los signos de TDAH sean menores o no se manifiesten en niños que probablemente han heredado poligénicamente dicho trastorno», expresó.
Si sospechas que tu hijo puede tener TDAH, el primer paso es buscar una evaluación médica. Puedes agendar cita con el neurólogo a los teléfonos 2541-0460, 2530- 2024 y 7118-8483 de lunes a sábado. Su consultorio se ubica en el Hospital de Niños y Adolescentes Centro Pediátrico, consultorio 3 en la Colonia médica, San Salvador.
TDAH en la adultez
Hay personas que en la adultez han sido diagnosticadas con este trastorno y al no ser abordados en la niñez han generado muchas dificultades emocionales. Se evidencia en la vida adulta porque posiblemente sufrieron maltrato o fueron educados bajo normas de castigo.
Argueta detalló que en el caso de las personas que tuvieron la fortuna de tener un abordaje precoz se observa muchísima más capacidad en torno a las actividades diarias, tanto las que requieren de una capacidad intelectual como emocional. Estas últimas son las que dan el verdadero impulso para vivir.
«De nada sirve que seas una lumbrera intelectual si no logras valorar tus propias emociones y proyección en forma de conducta dentro de tu día a día. En general, varía mucho de la infancia que tuvieron», dijo.
Cómo distinguir entre un comportamiento típico y el TDAH
Casi todas las personas tienen algunos síntomas similares al trastorno por déficit de atención e hiperactividad en algún momento de sus vidas. Si tus dificultades son recientes o solo ocurrieron de forma ocasional en el pasado, es probable que no tengas TDAH. Este solo se diagnostica cuando los síntomas son lo suficientemente graves como para causar problemas continuos en más de un área de tu vida. El origen de estas señales persistentes y perturbadoras pueden rastrearse hasta la primera infancia.
El TDAH puede ser difícil de diagnosticar en los adultos porque algunos de sus síntomas son similares a los causados por otras afecciones como la ansiedad o los trastornos del estado de ánimo. Además, muchos adultos con TDAH también pueden tener otra afección de salud mental como depresión o ansiedad.
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ALGUNOS SIGNOS DE ALERTA
Falta de atención: Algunos de los comportamientos que se pueden presentar son la dificultad para prestar atención o sueña despierto. A menudo parece que no está escuchando, se distrae fácilmente durante las tareas o el juego. Muchas veces no parece preocuparse por los detalles. Repetidas veces no sigue instrucciones ni termina las tareas, es desorganizado. Frecuentemente pierde muchas cosas importantes y olvida cosas.
Hiperactividad: Se debe poner atención cuando el niño está en constante movimiento, no permanece sentado, habla demasiado, corre y salta cuando no está permitido hacerlo y no puede jugar de manera tranquila.
Impulsividad: Los niños con TDAH suelen actuar y habla sin pensar. Se le dificulta esperar por las cosas. Responde antes de que haya terminado la pregunta e interrumpe a los demás.