El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) informó este miércoles 18 de agosto, que el salvadoreño Ever Díaz, será premiado con el reconocimiento «El Alma de la Ruralidad», el cual es entregado a Líderes de la Ruralidad de las Américas.
«Se trata de un reconocimiento para quienes cumplen un doble papel irremplazable: ser garantes de la seguridad alimentaria y nutricional y al mismo tiempo guardianes de la biodiversidad del planeta a través de la producción en cualquier circunstancia. El reconocimiento, además, tiene la función de destacar la capacidad de impulsar ejemplos positivos para las zonas rurales de la región», explicó el Director General del IICA, Manuel Otero, al presentar la iniciativa.
De acuerdo con el ente, dicho premio es parte de una iniciativa del organismo especializado en desarrollo agropecuario y rural para reconocer a hombres y mujeres que dejan huella y hacen la diferencia en el campo de América Latina y el Caribe.
Díaz, proviene de una familia de agricultores en el occidente de El Salvador, desde su adolescencia, mostró interés por el cultivo del café.
Posee una finca de 10 hectáreas, la cual asegura el sustento para otras cinco familias rurales y se constituyó en una referencia para la meta de su país de recuperar el liderazgo regional como productor de café.
A los 16 años se interesó por el cultivo del café y le pidió a su padre que le reservara un pequeño espacio en su finca para sembrar la exótica variedad pacamara, creada en El Salvador en la década de 1950 y que se había ido perdiendo con el paso de los años.
«Recién se estaba empezando a sembrar de nuevo el pacamara cuando yo lo elegí, porque me llamó la atención y me gustó el tamaño muy grande de sus granos. Mi papá me decía que no valía la pena sembrarlo, pero yo no le hice caso, seguí adelante y el pacamara se logró aclimatar a la finca», cuenta Díaz.
A Díaz le llegó en junio el reconocimiento mayor, cuando fue premiado con la Taza de Excelencia El Salvador 2021, a través de la cual el Ministerio de Agricultura y Ganadería distingue a los cafés de más alta calidad en el país. El certamen tiene un exigente proceso de selección en el cual el café es catado por jurados nacionales e internacionales.
Díaz se define como un apasionado del café. «Para mí el café es la vida desde hace más de 20 años. Mi plantación de hoy es el resultado de mucho esfuerzo y mucha paciencia, porque el trabajo del cafetalero no se ve de un día para el otro. Es un proceso. Tengo un gran amor por el café y estoy constantemente recorriendo la plantación. Ni siquiera en el peor momento de la pandemia, a pesar del aislamiento, dejé de trabajar. Ahora lo que deseo es seguir innovando».