Jaime Aparicio Mejía, propietario de la empresa Servicios Calificados de la Construcción, S.A. (Serdelco S.A.). confirmó a los jueces del Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador que Miguel Menéndez Avelar, a quien también conoce como «Mecafé» le pidió el avión Beechcraft King Air 90-TG ADL a cambio de adjudicarle la construcción del puente San Isidro.
En una amplia declaración rendida de forma virtual, el guatemalteco incriminó directamente a Menéndez Avelar en los actos de corrupción.
Mencionó incluso que el exministro de Obras Públicas Gerson Martínez, firmó el contrato que como representante legal de Serdelco había arreglado con Mecafé y que Juan Manuel Bolaños, a quien conoce como el «Chele Bolaños» sirvió de intermediario y que gracias a él conoció a «Mecafé».
El «Chele Bolaños» fue clave en toda ese trama de corrupción, «me presentó a Miguel Menéndez y la propuesta que me hizo es que era primo de Mecafé y que había posibilidad de trabajar en El Salvador», contó Aparicio Mejía.
Mencionó que cuando el «Chele Bolaños» a quien conoció a finales de diciembre de 2011 le hizo esa propuesta, él le dijo que sí; por lo que concertó una reunión con Menéndez Avelar en su oficina en el ex Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO).
En ese encuentro «Mecafé» le propuso que del valor de la obra que se le adjudicaría tenía que darle desde un 8% a 10% y que todo lo que se acordaba era confidencial, que todo se iba a manejar a través de Juan Manuel Bolaños, quien dijo ser primo de Menéndez Avelar.
Mejía Aparicio, en su testimonio sostuvo que en el primer trimestre del año 2012, el «Chele Bolaños, le manifestó que «Mecafé» estaba interesado en comprarle el avión, respondiéndole que no tenía la intención de venderlo.
«Yo le dije que no, pero durante varias semanas insistieron, mi propuesta fue que no, pero después Miguel Menéndez me propuso que a cambio de la adjudicación del puente San Isidro sobre el Río Lempa, en lugar del porcentaje [8% o 10%] mejor le diera el avión», dijo el testigo.
Que al «Chele Bolaños» también le hizo ver que el valor del avión era superior al porcentaje que le correspondía dar por la adjudicación de la construcción del puente, pero le respondió que no se preocupara por eso, porque era la primera obra y no la última; el avión estaba valuado en $1 millón.
Posteriormente, Juan Manuel Bolaños, le solicitó un préstamo de $300,000 a plazo de un año, bajo la excusa de que se había ganado el otorgamiento de ese crédito por haberle presentado a su primo «Mecafé» y que estaba próximo a ganar el proyecto, tres años después, Jaime Aparicio Mejía dijo que solo le pagó $75,000, pero hasta tres años después.
El testigo también llegó a decir que el «Chele Bolaños», le pidió que hiciera a Menéndez Avelar el traspaso del avión en el segundo semestre de 2013, pero que él le respondió que eso se daría hasta cuando el proyecto ya estuviera adjudicado.
Como «Mecafé» estaba interesado en el avión, envió a su hermano Jaime Menéndez, Luis Medina y el mismo Juan Manuel Bolaños a Guatemala para verificar la documentación de la aeronave y se les explicó que operaba a través de una empresa.
El empresario guatemalteco, afirmó que en el segundo semestre de 2013 se siguió el proceso de licitación de la construcción del puente y que fue una «licitación privada», así la calificó.
Que antes de convocar a la licitación a su empresa «Mecafé» ya le había dado todos los detalles del monto de la obra y en qué consistía el proyecto, fue así como «acepté la propuesta que hizo Miguel Menéndez, entregando el avión a cambio de la obra», sostuvo Jaime Aparicio Mejía.
Cuando Serdelco presentó la oferta les dijeron que no reunían el puntaje mínimo y fue declarada desierta lo cual le sorprendió porque según Jaime Aparicio Mejía su empresa llenaba todos los requisitos, motivo por el cual apeló y una comisión de alto nivel revirtió la decisión, y a finales de octubre de 2013 se firmó el contrato de diseño y construcción para un plazo de 11 meses; tres para hacer el diseño y ocho para construir el puente. Fue Gerson Martínez quien firmó el contrato, afirmó el testigo.
Agregó que solo se trabajó en el diseño la obra ya que el proyecto no se ejecutó por diversas causas, ya que encontraron obstáculos. Uno de esos fue que el puente se iba construir con acero galvanizado como se plasmó en el contrato, pero que el viceministro de Obras Públicas, Roberto Góchez, a través de llamadas le dijo que debía hacerse de concreto.
Otra situación surgida es que no se entregó, en los tres meses, el diseño del proyecto y la empresa fue multada, llegando hasta la caducidad del contrato por incumplimiento de plazos, Serdelco apeló en un proceso contencioso administrativo, pero perdieron el caso.